Sopa de alubias blancas con tomate y albahaca
Uno de mis restaurantes favoritos de Barcelona es el Brunáqui. No os imaginéis un local lujoso o un templo del refinamiento culinario: se trata de una pequeña tasquita que sirve desayunos y menús del día en la plaza Narcís Oller. Me gusta porque hacen comida casera italiana de verdad (su polpettone es un escándalo), porque es baratísimo (algo menos de 10 euros la comida) para la calidad que ofrecen, porque no tiene ninguna pretensión y porque sus dueños, tres hermanos procedentes de Nápoles, son tan eficaces como simpáticos.
El plato de hoy está inspirado en su sopa de judías blancas. Unas veces te la sirven con acelgas y está impresionante, pero a mí cuando me vuelve directamente loco es cuando las alubias vienen solas, en un caldo ultracremoso y acompañadas sólo con un toque final de tomate natural y albahaca. Es increíble cómo estos dos elementos, uno con su toque ácido y otro con su potente aroma, transforman un potaje a priori pesadote en algo fresco y casi ligero. Pero así son los buenos italianos, capaces de producir platos luminosos sean cuales sean los ingredientes que tengan entre manos.
Dificultad: Para personas con paciencia.
Ingredientes
Para cuatro personas
- 300 gr. de alubias blancas
- 2 tomates enteros de bote (debe estar muy maduro)
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 manojo de albahaca
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Instrucciones
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