Gratinado de brécol y boniato
Quizá porque me recuerdan a cuando era crío, me encantan los gratinados de verduras y tubérculos. En mi casa tomábamos una deliciosa coliflor con patatas y bechamel, dorada en el horno con su correspondiente capa de queso crujiente, que lograba vencer todas mis reticencias infantiles. Este tipo de cocina se ha quedado un poco viejuna, sobre todo porque la salsa francesa ya no goza de muy buena prensa -mantequilla más harina más leche no suena a lo más sano del mundo. Sin embargo, a mí me gusta recordarla de vez en cuando. Y además, ¿no seguimos comiendo croquetas, que al fin y al cabo son bechamel y encima frita?
Para el gratinado de hoy he usado dos verduras en rabiosa temporada: el boniato y el brécol. Creo que combinan muy bien, no sólo por su sabor sino por sus colores. Si tienes dificultades para encontrar el primero, puedes utilizar patata sin ningún problema. Incluso el brécol, si no te pone mucho, es sustituible por col, lombarda, espinacas o acelgas. La bechamel que hago es muy ligera para que el plato no empapuce mucho, y añado un poco de picante con mismo objetivo.
Dificultad: Para cerebros en estado de queso gruyère.
Ingredientes
Para 4-6 personas
- 3 boniatos medianos (unos 800 gr)
- 500 gr de brécol
- 50 gr de queso Idiazábal
- 50 gr de queso Emmental
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1/2 cucharadita de cayena (opcional)
- 1 pizca de nuez moscada
- 500 ml de leche
- 30 gr de harina
- 30 gr de mantequilla
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra