10 recetas ligeras para la vuelta al cole
Os habéis puesto ciegos a bocatas, helados y copas este verano, ¿verdad? Lo sabía. Imagino que os habrá pasado lo mismo que a una amiga mía, que al volver de Estados Unidos de vacaciones quería llamar a una ambulancia de Natur House para que la recogiera en el aeropuerto. Por eso tengo preparada desde hace tiempo esta entrada antivacaburra con recetas que os dejarán hechos unas sílfides. Bueno, en realidad no, pero si os ayudarán a depurar un poco ese organismo lleno de grasas, toxinas y guarreridas estivales. No incluyo postres porque entiendo que sólo tomaréis fruta (¡ja!), pero sí algunos consejos para hacer los platos aún más ligeros.
1. Gazpacho de mango con gambas
El gazpacho no está contraindicado en días de recorte calórico, siempre que reduzcas la cantidad de aceite y evites tomártelo con una barra de pan en barquitos. Este de mango es fresquísimo, y la guarnición que lleva también es ligerita.
Aires tropicales. / A. G.
2. Crema fría de calabacín y yogur
El concepto "crema" no se suele asociar a lo adelgazante, salvo que hablemos de una anticelulítica. Pero si prescindes de la nataza y usas yogur desnatado, un plato de este tipo resulta 100% adecuado en momentos de big bang personal.
Pocas veces he tomado unas berenjenas menos grasientas que cuando hice esta receta, que evita las fritangas sin perder un ápice de la cremosidad de esta maravillosa verdura. Eso sí, prescinde del toque final de queso, porque entonces tu programa weight-watcher se va a la porra.
4. Verduras en salsa verde con cuscús
O cómo convertir un aburridísimo combinado verduril en una fiesta para el paladar. Esta salsa es de las que animan a un muerto, y no lleva ni harina ni ningún tipo de carbohidrato chungo. Si se quiere apurar la reducción de grasas, preparar las judías y el calabacín al vapor. Ah, y se puede adaptar a la verdura que te dé la gana.
Verdurismo radical. / A. G.
5. Ensalada de higos, feta y romero
Ejem... ya sé que los higos no son la nueva piña. Pero me da igual porque están en temporada y son sanísimos, así que bien valen alguna caloría. El feta es el contrapunto ideal por su contenido en sal, pero un queso fresco desnatado puede funcionar haciendo más potente el aliño.
6. Berberechos al vapor con cilantro y lima
Comer moluscos es lo más inteligente que puedes hacer si quieres perder peso. En vez de ponerles una salsorra de tomate o un par de litros de aceite para saltearlos, ¿qué tal si te los comes con una vinagreta fresca de cilantro y lima? Si eres más de pescado que de berberecho, puedes utilizar este mismo aliño, que aquí no discriminamos a nadie por su orientación.
No existe plato más adecuado para una terapia de desintoxicación calórica que el cebiche. No lleva ni aceites añadidos ni hidratos de carbono simples, y si lo hacemos con un pescado bien fresco, es una absoluta delicia. Lo ideal para adelgazar es ir nadando hasta Perú para comerlo allí, pero supongo que no estaréis muy por la labor. Vagos.
No, no es el cebiche de tu abuelita de Arequipa. / A. G.
8. Caballas con limón y cebolleta
Olvídate del colega que te quiere sacar a tomar cañas y patatas fritas: el pescado azul a la plancha es tu único amigo en estos momentos. No es tan dramático: las caballas, por ejemplo, dan mucha conversación, sobre todo si las riegas con limón, pimienta negra y cebolleta.
8. Gallos con vinagreta de aguacate
El gallo es un pescado sosito, algo abuelesco, al que no le viene nada mal un chute de energía. Como no lo podemos rebozar y sumergirlo en aceite, lo acompañamos con aguacate y cebolla tostada. ¿Que te parece que el aguacate tiene demasiada grasa? Sustituye la mitad por tomate pelado y picado fino.
No sólo de verduras y pescado vive la persona en estado de dieta. La carnaza, siempre que se elijan trozos magros y se sirvan sin salsorras, también pueden caber en una alimentación detox razonable. Eso sí, yo adaptaría esta receta sustituyendo el cerdo por ternera o por unas pechugas de pavo o pollo asadas al horno. El resto, todo igual.
Hidrato maaaalo. Proteína bueeeena. / EL COMIDISTA
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