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El extraño encanto de las malas fotos de comida

Me parece haber visto un lindo gatito. / SOMEONE ATE THIS
Me parece haber visto un lindo gatito. / SOMEONE ATE THIS
Mikel López Iturriaga

Si el ser humano fuera sensato, bondadoso y, por qué no decirlo, un poco aburrido, sólo le interesaría la buena comida. Pero por suerte, todos tenemos nuestro yo ligeramente perverso, ése que disfruta con los desastres culinarios ajenos y se ríe con los propios. Para satisfacer nuestros más bajos instintos gastronómicos, en los últimos tiempos han nacido una serie de blogs, tumblrs y cuentas de Instagram consagradas a recopilar, comentar y, en última instancia, someter a mofa pública los platos más espantosos que la gente comparte en la red. ¿Que si dan asco? Un poco, pero hay que verlos como una divertida película de miedo: ellos son a la cocina apetitosa lo que Pesadilla en Elm Street a Pretty Woman.

Tartas a las que no te acercarías ni después de una huelga de hambre, sopicaldos grisáceos en los que flotan cuerpos extraños, potajes que parecen pota y carnes resecas acompañadas de deprimentes verduras hervidas son algunos de los clásicos de sitios como Cook Suck, Someone Ate This o Cookingforbae. En ocasiones, el problema es la propia foto, tomada con flash desde el menos apetecible de los planos; en otras, ni el mismísimo Helmut Newton podría haber embellecido los cuasi vómitos retratados.

¿A qué se debe el boom de estas webs, que cuentan con miles de seguidores en todo el mundo? Por un lado, la sobreexposición de lo que comemos en Internet hace que no les falte material hilarante: desde el momento en el que todo pichichi fotografía y cuelga sus creaciones, por fuerza un porcentaje nada despreciable de éstas debe causar más arcadas/risas que "mmmmmmms". Por otro, es posible que nos estemos empezando a hartar de la comida cuqui, perfectita y hasta cierto punto irreal que tanto abunda en los medios, los blogs o las redes sociales como Pinterest e Instagram, y necesitemos un chute de fealdad humanizadora. Algo así como una rebelión punk: déjame de monerías con estilismos, mantelitos y cuchufletas, y dame una mierda bien catastrófica de la que me pueda burlar.

Quizá haya algo de sentimiento de superioridad en el éxito de estos sitios: nos reconforta ver los engendros que comen otros porque así creemos que nosotros nos alimentamos mejor. Quizá estén ahí para decirnos que NO todo vale en la fotografía gastronómica, y que a veces sería más positivo para la humanidad que nos introdujéramos el móvil en el fistro anal antes que usarlo para inmortalizar un plato. Lo que está claro es que todos estos templos de la bazofia resultan tan fascinantes como adictivos, y uno no puede reprimir el morbo de mirar sus horrores.

Someone Ate This

Dos jovenzuelos californianos fundaron Alguien Comió Esto en 2012, para celebrar "la hilaridad de los accidentes culinarios, la mala fotografía de comida y las cosas más asquerosas que la gente se ha metido en la boca". Sus fotos son brutales; sus comentarios, corrosivos, pero puede que lo mejor sean las etiquetas que utilizan para clasificar sus entradas, con clásicos como "caca de bebé", "por favor matadnos" o "salmonella". "El mensaje es que si tú haces un mal trabajo en la cocina, nosotros nos vamos a reír de ti", ha explicado a la CNN uno de sus creadores, Jeffrey Max.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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