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Ensalada de patata y bacalao

No es una ensalada, es un festival / LAURA BATALLA
No es una ensalada, es un festival / LAURA BATALLA

La aparición de este plato traía promesas de días largos, sol y mar, y me ponía de un buen humor que todavía se me contagia cada vez que preparo uno por el estilo. Algo que suele pasar a menudo, ya que una de estas ensaladas improvisadas sobre la marcha con ingredientes pescados en el Mercat de la Abacería de camino al trabajo suele ser la comida que compartimos Mikel y yo al menos una vez por semana, sea verano o invierno (la 'cocina' del estudio que compartimos tampoco da para mucha sofisticación). A veces cambiamos la patata por garbanzos, arroz o judías, y el bacalao por anchoas o bonito, pero la esencia es más o menos la misma, y aunque se supone que la patata no debe pasar por la nevera a mí me encanta encontrarme unos restos bien fríos al día siguiente. Si queréis convertir esta ensalada en un plato aún más sexy, probad a añadirle un huevo mollet. Solo tenéis que contar cuatro minutos exactos desde el momento en el que el agua hierva, y os quedará la clara cuajada y la yema cruda y jugosa, que se mezclará con la vinagreta y os hará olvidar todo lo malo de este mundo. Una versión de esta receta se publicó originalmente en un libro que escribí el año pasado, A vueltas con la tartera.

Dificultad: Para bacalaos y otros pescados.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 4 patatas nuevas grandes (6 si son medianas)
  • 250 gramos de lomo de bacalao desalado
  • Un pimiento verde
  • 1/2 pimiento rojo
  • 24 cebollitas en vinagre
  • Un puñado de aceitunas (verdes o negras, al gusto)
  • 4 cucharadas de salsa romesco (opcional)
  • Vinagre de Jerez
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta

Instrucciones

1.
Poner las patatas en abundante agua hirviendo con sal (se pueden poner más para cualquier otra preparación) y cocer hasta que estén tiernas pero sin deshacerse. Sacar y dejar enfriar un poco.
2.
Mientras, lavar y cortar en daditos pequeños el pimiento rojo y el pimiento verde –es más agradable en este plato encontrarse trocitos pequeños crujientes–, y partir las cebolletas por la mitad.
3.
Cuando estén tibias, pelar las patatas y cortarlas en cubos medianos (de unos 1,5-2 centímetros).
4.
Hacer una vinagreta con dos cucharadas de vinagre, sal, pimienta y cinco cucharadas de aceite (en este orden) o con el romesco un poco aligerado con aceite y vinagre, rectificar de sal y añadir pimienta si lo consideramos necesario.
5.
Mezclar los pimientos con la patata, el bacalao desmigado, las aceitunas y las cebollitas. Aliñar con la vinagreta y comer tibio o frío.

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