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Ensalada de melocotones de viña a la brasa

Mirándola son galletas, y pasteles y ensaladas / MAITE BATALLA
Mirándola son galletas, y pasteles y ensaladas / MAITE BATALLA

Fruta dulce, fruta ácida, queso y una sencilla vinagreta: Maite, nuestra 'recetera invitada' de hoy, sabe cómo combinar sabores y técnicas para conseguir la más explosiva de las ensaladas. Recordad que vosotros también podéis mandar vuestras recetas a recetascomidista(arroba)gmail.com, y nosotros las publicaremos para que podáis presumir de talento cocinillas delante de vuestros amigos (y todavía más, de vuestros enemigos).

Es posible que el nombre de Maite os suene porque ya hemos abusado de sus conocimientos en materia hostelera alguna otra vez, o porque ya conocéis su fantástico blog Mirándola son galletas. Maite estudió cocina, ha regentado restaurantes como el santa Marta, en Cabrera de Mar, y actualmente se dedica a dar clases en la Escuela de Hostelería de Barcelona mientras comparte un obrador en el que da salida de manera profesional a todas las delicias dulces que antes solían salir del horno de su casa.

Sus tartaletas, sus pasteles, sus bizcochos y sus galletas personalizadas –de las pocas que he probado que saben a amor de madre, mantequilla y vainilla de verdad– son fruto de felicidad para clientes, amigos y familiares (y para los seguidores de su blog, que aunque no puedan catarlos de entrada también disfrutan de sus preciosas fotos). Pero Maite no ha escogido compartir con nosotros un dulce, sino una sencilla ensalada que lo tiene todo para petarlo precisamente ahora y hasta el final de verano. "Se puede servir como entrante sólo con añadirle unos brotes de espinacas u otras lechuguitas pequeñas pero está pensada como postre", nos cuenta. "Es muy sencilla de elaborar y un buen golpe de efecto: la relación delicia/esfuerzo es inmejorable".

Si os preguntáis si podéis hacerla en una sartén o plancha de hierro, la respuesta es "sí, pero no será lo mismo, porque es precisamente eso lo que le confiere un aroma excepcional que no conseguiremos de otra manera", así que Maite recomienda prepararla un día de barbacoa. También nos advierte de que "si utilizamos melocotones blancos, de agua, nectarinas o paraguayos el sabor estará bien pero la apariencia regular. Si usamos albaricoques, el calor exacerbará la acidez de la fruta".

Otra cosa importante para que la combinación funcione es usar un verdadero aceto balsamico. Maite tiene ascendencia italiana, por lo que esos vinagres mezclados con caramelo que venden en la mayoría de supermercados seguramente le hacen llorar en la cama por las noches. Se puede encontrar un aceto decente por unos 10 euros la botella, y usando una pequeñísima cantidad obtendréis un sabor explosivo: vale la pena acercarse a una tienda de alimentación italiana y hacer una pequeña inversión, que hará explosionar vuestras ensaladas (o unos simples tacos de parmesano).

Con el permiso de nuestra recetera invitada, no me cuesta mucho ver este plato como acompañamiento de un solomillo o secreto de cerdo marinados y hechos en la misma brasa que los melocotones, me da que la untuosidad del queso de cabra y el punto dulce y ácido de la fruta le podrían ir la mar de bien. Pienso en unas flores de tomillo añadidas en el último momento y también me pone bastante... sea como sea, preparadla porque va a ser un éxito seguro.

Dificultad: Para gente que el día anterior se cogió un melocotón.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 4 melocotones de viña maduros y fuertes de buen calibre
  • 150 g de frambuesas
  • 150 g de queso de cabra tipo chavignol o valençay aunque puede servir perfectamente un rulito de cabra ya maduro
  • Sal en escamas
  • 30 ml de vinagre de Módena de calidad
  • 90 ml de aceite de oliva virgen de poca acidez
  • Sal marina al gusto

Instrucciones

1.
Preparar la vinagreta vertiendo en un cuenco la sal, diluyéndola en el vinagre y emulsionando con el aceite. Reservar.
2.
Lavar bien los melocotones, deshuerarlos y cortar cada uno de ellos en ocho gajos. Marcarlos a la brasa o, en su defecto, sobre una sartén o plancha muy caliente y sin ningún tipo de grasa. Sólo hace falta que se forme una ligera costra, no que se cocinen.
3.
A medida que estén listos, colocarlos en una fuente alternando lonchas de queso entre ellos. Es importante que los melocotones estén todavía calientes, o por lo menos tibios para que el queso se funda ligeramente.
4.
Esparcir las frambuesas por encima, añadir la vinagreta recién batida, espolvorear con algunas escamas de sal y disfrutar.

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