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Si esto es 'detox', pásame el whisky

MATT MATERA
MATT MATERA
Mikel López Iturriaga

Enero era el mes de los Reyes Magos, las rebajas y la cuesta de enero. Ya no: este año ha sido el mes detox, y uno no pudo hacer nada más en él que depurarse. Así lo dictaron no sólo las revistas femeninas más corporalmente neonazis, sino muchas de las publicaciones o secciones de medios dedicadas al “bienestar” -odiosa palabra donde las haya- que se han extendido como la peste bubónica en los últimos tiempos. “Os leo hablar de dietas detox, depurativas y demás en enero, y os imagino en fiestas comiendo uranio enriquecido”, escribía David Valdivia, del blog La Hora del Bagel, en el tuit más sensato que he leído sobre el asunto.

No insistiré en lo ridículas que son esta clase de purgas desintoxicantes: a no ser que unos alienígenas te hayan abducido, robado el hígado y los riñones, y devuelto a la Tierra, no las necesitas para nada ya que dichos órganos te depuran todos los santos días de tu vida. Me gustaría más bien ridiculizar a una de sus defensoras, y por extensión, a toda la gente que esta haciendo negocio con falsas promesas de descarga de contaminantes y pureza interior.

Hace un par de semanas, Kara Rosen, fundadora de la compañía de zumos Plenish y autora del libro Plenish: zumos para estimular, limpiar y curar, fue invitada a aparecer en la sección Mi día en un plato del diario británico Daily Telegraph, en la que personajes diversos cuentan lo que comen hora a hora. Su relato es una catarata de clichés propios de los integristas de la comida limpia. 8.30: Tortilla de claras y té verde. 11.30: Zumo verde. 13.00: Ensalada con semillas de chía. 20.00: Ensalada de kale con aceite de argán. 21:30: Té de jengibre con un chorrito de limón. El clímax cómico llega cuando justifica las dos míseras tortitas de arroz inflado que toma porque le gusta “algo carby [con carbohidratos] en el almuerzo”.

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Si esta dieta, a la que sólo le falta el polvo que la legendaria Marjorie Dawes recomendaba comer a sus FatFighters en Little Britain, es verdadera, parece un milagro que Rosen no se haya desintegrado; si es medio falsa, debería pasar a los anales del postureo saludable. En cualquier caso, el recorte del periódico comenzó pronto a ser objeto de mofa en las redes sociales, que se llenaron de brillantes parodias: “6.00: Media semilla de manzana. 8.00: Una raya de cristal molido. 9.00: A la cama”.

Amo las verduras y las frutas, pienso que no hay que empapuzarse de grasa y azúcar para disfrutar comiendo, y defiendo siempre que puedo una alimentación sana sin histerias. Sin embargo, la rutina de la gurú detox me hizo suspirar por la del periodista Hunter S. Thompson. Empezaba con Chivas y cigarrillos a las 15.00; continuaba con cocaína a las 15:45, 16:15, 16:30, 16:54 y 17:11; pasaba por hamburguesas con queso, patatas fritas, margaritas, porros y LSD para cenar, y terminaba con somníferos a las 8.00 del día siguiente. Es lo que te pide el cuerpo cuando oyes a estos iluminados de la restricción: una buena dieta intox.

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Esta columna se publicó originalmente en el suplemento Revista Sábado de la versión impresa de EL PAÍS.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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