Puré de patata cremoso
Olvídate de los copos industriales y recupera el placer del puré casero con una receta lujuriosa y sin complicaciones.
El puré de patata es un arte. Si lo haces bien, es uno de los acompañamientos más deliciosos que existe. Si lo haces mal, te sale un chicle de patata. Y si lo haces con copos industriales… pues te sale eso, un puré industrial.
Para conseguir un puré de patata de alto nivel no hace falta ni muchos conocimientos, ni mucha destreza culinaria, ni siquiera mucho dinero, ya que este plato es barato donde los haya. Simplemente hay que seguir unas normas muy simples que se resumen en dos: una cocción y secado de la patata correctos, y un triturado cuidadoso.
Para muchos sabios, la mejor receta de puré de patatas de la historia es la del cocinero francés Joël Robuchon. No seré yo quien lo niegue: si queréis pegaros el curro de hacerlo, aquí tenéis la la tenéis vía David de Jorge. Mi versión toma alguna de sus enseñanzas, pero simplifica el procedimiento sin que la pastuflis se resienta demasiado, y encima le añade el plus herético de las hierbas. ¿Que lleva mucha mantequilla? Pues sí, pero es que el clímax del puré de patata sólo se alcanza con ella. No seas pusilánime: tampoco te va a pasar nada porque abandones la secta del aceite de oliva por un día y te eches en brazos de la grasa animal más deliciosa que existe.
Dificultad: Sólo para licenciados en astrofísica por la Universidad de Harvard.
Ingredientes
Para 4 personas
- 800 g de patatas
- 200 ml de leche entera
- 150 g de mantequilla
- 1 ramita de romero
- 1 ramita de tomillo
- 1 hoja de laurel
- Sal y pimienta blanca