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Ensalada rusa de patata con langostinos

Encurtidos caseros exprés, langostinos bien aprovechados y una falsa salsa rosa –más fresca y ligera que la original– acompañan a las patatas que forman la base de esta ensalada con aires del Este.

Otra ensaladilla rusa es posible
Otra ensaladilla rusa es posibleMÒNICA ESCUDERO

Esta ensalada de patatas está inspirada en Europa del Este: el pepino dulce y ácido, los rabanitos, los langostinos, la patata y el hecho de rematarlo todo con un lácteo cremoso que le aporta enjundia y muchas menos calorías que la tradicional mayonesa son un clarísimo homenaje a la cocina rusa o polaca.

Si os da mucha pereza preparar dos marinadas diferentes para el pepino y los rabanitos podéis hacer las dos cosas juntas, pero el esfuerzo es mínimo y el contraste entre uno ligeramente dulce y el otro ácido es suficientemente interesante como para hacer el experimento. Aviso ya de que ese pepino es tremendamente adictivo, y no podréis parar de comerlo de todas las maneras posibles: acompañando unas aceitunas, en bocadillos de rosbif o en ensaladas tiene un sabor y textura imbatibles.

Usando el coral de los langostinos y el vinagre de marinar los rabanitos mezclados con el quark, conseguimos un efecto visual de falsa salsa rosa –con un sabor a mar interesantísimo– que se puede utilizar en otras preparaciones, como ensaladas de pasta. Aunque la combinación gamba-quark pueda parecer poco procedente, en realidad es un acierto, porque el lácteo fija y potencia el yodo del marisco.

Si queréis preparar esta ensalada con antelación podéis hacerlo sin problema (excepto la salsa de quark, que no lleva muy bien el paso del tiempo) y si váis a cocer vosotros mismos los langostinos, poned el coral directamente crudo y multiplicaréis por 10 la sensación marina del plato.

Nivel de dificultad

Sacar el coral de las cabezas es lo más laborioso.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 600 g de patatas de platillo
  • 600 g de langostinos cocidos enteros
  • Una taza de rabanitos
  • Un pepino grande (uno y medio si son pequeños)
  • Un manojo de cebollino
  • ½ taza de hojas de perejil
  • 1 taza de queso quark (o crema agria o yogur griego)
  • Vinagre de vino blanco o manzana
  • Aceite de oliva
  • Salsa Worcestershire (Perrins)
  • Sal
  • 2 cucharadas de azúcar
  • Pimienta

Instrucciones

1.
Lavar el pepino y cortarlo por la mitad a lo largo y después en rodajas. Mezclar ¾ de taza de vinagre tibio con el azúcar y macerar el pepino en él durante una hora aproximadamente.
2.
Lavar bien los rabanitos, cuartearlos y ponerlos en 4 cucharadas de vinagre con un poco de sal, removiendo de vez en cuando.
3.
Hervir las patatas enteras en abundante agua salada durante unos 12 minutos o hasta que estén tiernas pero no deshechas (también se pueden hacer al microondas, en un bol cubierto con film de cocina).
4.
Mientras, pelar los langostinos y apretar las cabezas para sacarles el coral, reservándolo.
5.
Escurrir las patatas y, cuando estén tibias tirando a frías, cortarlas en 4 o 6 trozos (de bocado), mezclarlas con el pepino escurrido, los rabanitos (reservar un par de cucharadas del vinagre de la marinada), los langostinos, el perejil y el cebollino picado (reservar un poco de ambos para decorar). Aliñar con aceite, sal y pimienta.
6.
Mezclar el quark con el vinagre de marinar rabanitos que hemos reservado y el coral de los langostinos, un chorro de salsa Perrins (si se quiere) y poner un par de cucharadas encima de cada plato. Decorar con el perejil y el cebollino reservados, un toque de pimienta y servir.

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