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Frijoles refritos con huevo y zanahorias escabechadas

Una forma rápida y sencilla de preparar legumbres, de inspiración mexicana y muy fácil de tunear. De regalo, unas zanahorias escabechadas con un punto de chile con infinitas aplicaciones y de larga duración.

Solo necesitas una sartén y un tenedor.
Solo necesitas una sartén y un tenedor. MÒNICA ESCUDERO

Los fanses de las legumbres nos pasamos los veranos buscando la manera de poder integrarlos en nuestra dieta diaria sin tener que darle demasiado a la olla (la nuestra y la de la cocina). Las benditas ensaladas y sus infinitas combinaciones –ese clásico con el que os bombardeamos a menudo desde El Comidista– nos dan la vida, pero si algún día baja un poco la temperatura y podemos encender un fuego podemos permitirnos un plato con un poco más de enjundia.

Estos frijoles o judías pintas refritos son perfectos para cuando nos apetece ese extra de energía sin empapuzarnos. Con los frijoles conseguimos una base perfecta que podemos tunear al gusto para conseguir el plato que más nos apetezca. Unas tiras de pechuga de pollo o ternera, unos restos de la carne del cocido –si lo preparáis en invierno–, más verdura o unas cucharadas de crema agria pueden servir para rematar el plato si no os apetece ponerle huevo (o tenéis otras cosas más a mano).

El escabeche de zanahorias es un 'fondo de nevera' que suelo tener siempre y al que doy casi todos los usos del mundo culinario. Sirve para darle vidilla a sopas y salteados, para animar una salsa tipo pico de gallo, para acompañar un pescado o ave a la plancha o para tunear mayonesa. Aparte de esto, el plato no tiene más complicación que la de encontrar huevos decentes de gallinas que hayan vivido picando el suelo al aire libre y visto la luz del sol.

Dificultad: No hay que haber nacido en Tijuana.

Ingredientes

Para 4 personas

Para las zanahorias escabechadas

  • 6 zanahorias
  • Chiles jalapeños –frescos o enlatados– al gusto (yo usé 6)
  • ¼ de taza de aceite de girasol u oliva muy suave
  • ½ hoja de laurel
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1 cebolla
  • Sal
  • 1 taza de vinagre de vino blanco

Para el plato

  • 750 g de frijoles o judías pintas cocidas
  • ½ taza del caldo de la cocción de las judías, caldo o agua
  • 1 cebolla grande
  • 1 pimiento rojo
  • 2 dientes de ajo
  • Salsa ranchera al gusto (opcional)
  • 4 huevos de gallinas felices
  • Cilantro al gusto
  • Sal

Instrucciones

1.
Para hacer el escabeche, frotar las zanahorias con un estropajo limpio y cortarlas en rodajas. Quitar los pedúnculos a los chiles y cortarlos en rodajas. Pelar y cortar la cebolla en rodajitas.
2.
En una sartén, pochar la cebolla a fuego suave con un chorrito del aceite. Cuando esté transparente, añadir las zanahorias y darles unas vueltas durante 2 minutos. Añadir los chiles –si son de lata, añadirlos justo al apagar el fuego, al final de la receta– y hacer lo mismo.
3.
Es el momento de poner en la sartén el aceite, el vinagre, el orégano y sal al gusto. Cuando arranque el hervor, apagar el fuego: la zanahoria debe quedar crujiente, y los chiles enteros. Cuando esté frío poner en un bote y conservar en la nevera (dura bastante y va cogiendo potencia).
4.
Sofreír en una sartén con un chorrito de aceite a fuego medio la cebolla y el pimiento cortados en dados medianos (como de 1 cm o un poco más). Añadir el ajo laminado un poco más tarde. Cuando esté todo dorado, añadir los frijoles y el caldo, darles unas vueltas y chafarlos con un tenedor hasta conseguir un puré irregular.
5.
Servir los frijoles en un plato con un huevo frito encima, chiles y zanahorias –picados o no– al gusto, cilantro y, si se quiere, salsa ranchera.

¿Has intentado hacer esta receta u otras de El Comidista, y no te han salido bien? Quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com

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