Menú semanal de El Comidista (14 al 20 de noviembre)

La versión de esta salsa es ultralight en cantidad de ajo, pero si no teméis que os huela el aliento, podéis echarle más.

Vale, es una exageración. Pero los canelones de Nandu Jubany son los más deliciosos que he probado en mi vida. ¡Y tenemos la receta!

Un pastel suave y esponjoso como el algodón que te hará ser infiel a tu tarta de queso de cabecera. Una receta manga a la vez que zen.

Servimos una ensalada con frutos secos, aceitunas y fruta sobre dos mitades de calabaza asada y las aliñamos con una vinagreta de aires moruno. 

Tuneamos una receta del libro 'La cuchara de plata', un best-seller de la cocina italiana. Puro mediterráneo concentrado en unos pequeños pececillos rellenos.

Sí, las pepitillas son un fastidio. Y sí, la piel a veces es tan dura que te podrías hacer una chupa con ella. Pero pocas frutas son tan dulces y frescas.

Rendimos homenaje a las setas, frutos secos y otras cursiladas otoñales con una pasta cocinada de una forma poco convencional: como un risotto.

Boniato, calabaza, quinoa y arroz son la base de unas albóndigas veganas tiernas como los mofletes de un bebé. 

Pocos países honran mejor a sus muertos que México. Y dudo de que haya alguno que cocine cosas tan deliciosas para sus difuntos.

Este plato se puede hacer tranquilamente con uva -eso sí, despepitada-, si no encuentras higos o si están a precio de Rolex.

Dátiles de calabaza. Empanado de avellana. Homenaje sutil a un clásico viejuno. ¿Nivel de dificultad? Para estudiantes que comparten piso. 

Aparte de comértelo tal cual, una vez le oí a Ferran Adrià que proponía tomarlo como el tomate, con sal y aceite de oliva, y confirmo que está buenísimo.

Con pasta, con arroz, salteadas, en revuelto o en tortilla y ahora también en paté: en otoño cualquier excusa vale para ponerse fino a setas.

El boniato se presenta como una alternativa de temporada, con un punto de dulzor y textura increiblemente melosa, a la clásica patata.

Manzana y setas salteadas, frutos secos garrapiñados: pocos sabores y olores se llevan tan bien. Una receta reconfortante, barata y de temporada.

Esta receta está inspirada en nuestro hechicero de verduras favorito: el israelí Yotam Ottolenghi. La experiencia puede llegar a rozar el orgasmo.

Hay pocos sabores hay tan delicados y sugerentes como el de las castañas. Y el toquecillo tostado de la mantequilla caramelizada creo que les va al pelo.

Los mejores arroces para los risottos italianos son los arborio y los carnaroli, pero yo este lo hice con la variedad normale e corrente y salió muy bueno.

La clave para que la receta salga bien está en el tiempo de asado del pescado. Éste dependerá del tamaño de las doradas, pero rondará los 5 minutos.

Una variante del gin sour creada como alternativa al gintonic, que es el cóctel ideal para contagiar la locura de la ginebra a quien no conoce el destilado.