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Tres acompañamientos fáciles para carnes y aves

Un puré, un salteado y una salsa completamente diferentes entre ellos que se preparan en unos cinco, 25 y 90 minutos. Si no encuentras el que más le conviene a tu carne, es que estás completamente desnortado.

Puré, guisantes y chutney: el trío lalaá de los acompañamientos
Puré, guisantes y chutney: el trío lalaá de los acompañamientosMÒNICA ESCUDERO

Aunque ahora parezca que la Navidad son los padres y que no va a suceder nunca porque antes de ayer estabas de cañas en el chiringuito, la tenemos a la vuelta de la esquina, soplándonos el cogote. Como llegado el momento habrá que comer, y lo de pensar menús para esos días a veces genera pesadillas, sudores fríos y crisis existenciales, en El Comidista volvemos a ejercer de Servicio Público para ayudarte con ese dilema.

Proponemos tres acompañamientos diferentes pensados para ensalzar aves, ternera o cerdo, pero también compatibles entre ellos. No veo muy clara la ocasión de mezclar el chutney con los guisantes, pero éstos con el puré pueden ser gloriosos con carnes de sabor fuerte como el cordero y la caza. A su vez, el puré con el chutney pueden ser perfectos para asados de cerdo y ternera calientes o fríos: combina a tu gusto y dale a tu cuerpo alegría Macarena, que ya sufriremos en enero.

GUISANTES CON CEBOLLITAS Y SALSA DE MENTA

Está pensado para acompañar cordero, pero tampoco le haría un feo a una carne muy poco hecha tipo rosbif, o incluso a un lomo asado servido frío. Si no quieres tener que cocinar al día siguiente, haz un poco más y recalienta: estarán todavía mejor. Si quieres un extra de lujuria, añade unas patatas de platillo –sin pelar pero cortadas por la mitad– y tendrás el acompañamiento completo.

Ingredientes

Para 8 personas

Preparación

  1. En abundante agua hirviendo con sal, poner las cebollitas perla al natural o congeladas. Cuando el agua vuelva a hervir, contar dos minutos y añadir los guisantes. Cuando hierva de nuevo contar un minuto y pasar las verduras a un bol con mucha agua y hielo.
  2. Pelar el ajo y cortarlo en láminas finas, dorarlo en la mantequilla, añadir los guisantes, las cebollitas y la salsa de menta y dar vueltas a fuego alegre durante un par de minutos. Salpimentar y servir inmediatamente.

PURÉ DE PATATA, BONIATO Y CALABAZA

Aunque por su toque ligeramente dulce está pensado para servirse con pato, pollo, pavo o aves, se ha convertido en mi puré favorito para cualquier ocasión. Es menos pesado que el de patata, más porno que el de calabaza y con un huevo mollet es una cena fabulosa.

Ingredientes

Para 8 personas

Preparación

  1. Cortar la patata, el boniato y la calabaza en trozos grandes. Llevar unos 750 ml de agua salada a ebullición en una olla en la que vaya a caber todo holgadamente y, cuando hierva, poner las verduras.
  2. Cocer durante unos 13-15 minutos –hasta que la patata esté tierna, pero no deshecha– a fuego medio-alto. Reservar 150 ml (unos ⅔ de vaso de agua de los pequeños) del líquido de la cocción y escurrir el resto.
  3. Devolver a la olla añadiendo el agua, la mantequilla en trozos, sal y pimienta al gusto y, si se quiere, una pizca de nuez moscada o ras el hanout. Servir bien caliente.

CHUTNEY DE MANGO Y PIÑA

No se me ocurren demasiados asados que no puedan ir bien con esta salsa, prima de la mermelada pero en versión especiada y ligeramente –o un poco más que eso, tú escoges– picante. Pero será totalmente imperdonable que no la prepares si piensas meter en el horno un jamón, un lacón o cualquier pieza de cerdo de esas capaces de alimentar a un regimiento con el mínimo esfuerzo por tu parte.

Ingredientes

Para 1,5 k (aproximadamente)

Preparación

  1. Pelar y picar la cebolla y sofreírla a fuego medio-bajo en una olla con el aceite durante unos 20 minutos o hasta que esté dorada y huela bien.
  2. Subir el fuego y añadir chile al gusto, el cardamomo y el jengibre (en láminas no muy finas para poder sacarlo después). Dar vueltas durante un par de minutos hasta que el jengibre desprenda aroma.
  3. Es el momento de poner la piña y el mango pelados y cortados en trozos no demasiado pequeños –de unos 1,5 cm, por ejemplo– ni regulares: la idea es que los más pequeños se deshagan y los grandes queden enteros.
  4. Dar unas vueltas, verter el vinagre, el azúcar, el curry y dejar cocinar todo a fuego suave durante una hora aproximadamente, removiendo de vez en cuando.
  5. Vigilarlo más cuando se vaya acercando el final de la cocción para que no se pegue y conseguir una textura como de mermelada espesa y sin procesar. Pasar a un bote, dejar enfriar y, una vez esté a temperatura ambiente, conservar en frío (dura fácilmente dos semanas en la nevera).

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com

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