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Conejo frito con limón y achiote

Una receta tradicional murciana, el conejo al ajo cabañil, se da una vuelta por México gracias al achiote, y se vuelve más fresca al darle un cambiazo poniendo limón en lugar de vinagre.

No es vinagre, es limón
No es vinagre, es limónSTOMAKO

Mes a mes, semana a semana, hay conceptos que saltan a la palestra, inundan nuestras páginas de Facebook, nuestras conversaciones con amigos y las historias de Instagram. Uno de ellos es comfort food, que en castellano viene siendo comida como la que te hacía tu abuela, que igual te hace sentir en casa cuando vives a 7.000 kilómetros que te cura una resaca como un piano. Cocina casera, tradicional, con nutrientes y carbohidratos. Guisos, sopas y hasta fritanga variada: platos cargados de un componente nostálgico propio de un individuo o de una comunidad.

Para el 50% de los componentes de Stomako este tipo de comida emocional pasa por Murcia y por platos como el conejo al ajo cabañil. Un clásico de la huerta murciana que combina la carne de conejo, una buena cantidad de ajo machacado, vinagre, hierbas aromáticas y patatas. Patatas fritas, conejo frito y un buen majado acidulante que hará olvidar a nuestras papilas gustativas la fritura que nos vamos a zampar.

Como viene siendo costumbre, y como nos encanta provocar a los omnipresentes ADTCPE (Acérrimos Defensores de la Tradición Culinaria Popular Española, para entendernos), vamos a cambiar el vinagre y el romero por limón y achiote. Conejo al ajo cabañil revisitado con achiote y limón, comidistas y comidistos.

¿La razón de este ultraje? Sencillamente, porque nos apetece, y porque el limón nos resulta más delicado y fresco que el vinagre (un aderezo que en ocasiones se rebaja con agua para obtener un sabor menos intenso). El achiote es un colorante originario de America Central que se utiliza como condimento: aportará un color rojo intenso y sabor ahumado a la par que agridulce a nuestra preparación.

Es fácil de encontrar en supermercados latinos y orientales en forma de pasta, polvo o en semillas. Podemos sustituirlo sin problemas por pimentón ahumado, siempre sin pasarnos con el sofrito ni con las cantidades: la intensidad o el punto amargo del pimentón quemado pueden fastidiarnos el festín. Si lo hacemos bien podremos oler a verano en un secarral de Murcia, una tórrida noche de fiesta mayor en una pedanía de nombre indecible.

Dificultad: Esquivar al que te dirá que su abuela lo hace así o asá, que esto no y que por aquí no pasa.

Ingredientes

Para 2 personas

  • 4 paletillas de conejo
  • 6 dientes de ajo
  • 5 g de achiote o 1 cucharadita de café de pimentón ahumado
  • El zumo de 3 limones
  • 2 patatas medianas
  • 25 ml de aceite de oliva suave
  • Sal
  • Perejil fresco (opcional)

Instrucciones

1.
Pelar y cortar las patatas en bastones. Freír las patatas en el aceite, con cuidado de no romperlas. Reservarlas en papel de cocina absorbente.
2.
Freír el conejo salpimentado en el aceite de las patatas. Dorar bien la carne por ambos lados a fuego medio-alto para conseguir una carne jugosa.
3.
Majar los ajos en un mortero con una pizca de sal, el achiote y el perejil. Conseguir una pasta homogénea y añadir el zumo de limón.
4.
Retirar el aceite, poner las patatas en la sartén junto con la carne de conejo y 6 cucharadas del aceite de fritura. Bajar el fuego a intensidad media baja, añadir el majado y dejar evaporar unos minutos vigilando que no se peguen las patatas al fondo de la sartén. Servir inmediatamente, espolvoreado con perejil picado (si se tiene).

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com

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