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Cómo ganar en las discusiones de la cena de Nochebuena

La turra política en la mesa está asegurada este año. Pero existen un puñado de leyes, muy fáciles de seguir, con las que podrás salir airoso de tu encuentro anual con esa especie conocida como 'tu cuñado'.

La calma antes de la tempestad
La calma antes de la tempestadPIXABAY

No nos engañemos: en estas navidades será muy difícil evitar sobremesas políticas. Como solo hay algo más cutre que discutir de política en Nochebuena, y es perder la discusión, añadiendo humillación a la resaca, aquí tienes unas sencillas normas que te convertirán en imbatible durante las discusiones familiares. Esta es una guía práctica de las leyes del debate político profesional. Aplícalas a la discusión doméstica y arrasa.

1. La Ley del Ytúmás

Es la más importante, la que sostiene todo el debate político español. Se formula de la siguiente manera: "La honradez consiste en cometer una tropelía menos que tu adversario político".

 H = tª - 1

Al amparo de esta ley es posible debatir hasta el infinito qué caso de corrupción es más grave, en el bien entendido de que mientras otro trinque hay barra libre. Esta doctrina hunde su jurisprudencia en el Lazarillo de Tormes: "No me acuses de robar de dos en dos en España, porque yo te acusaré de robar de tres en tres en Venezuela, Andalucía o Cataluña". Y viceversa.

Con Ytúmás toda acusación encuentra su espejo, y por más atropellos jurídicos y políticos con que nos ataquen, replicaremos con atropellos políticos y jurídicos de otro. Ofrece la ventaja de ser una ley subjetiva: cada cual puede considerar gravísimos los atropellos del rival y pequeños tropiezos los del grupo propio. Ytúmás garantiza empate eterno, reconforta ante las dudas y mejora la ley del Talión, puesto que no exige perder un ojo antes de agredir: puedes cobrarte un ojo a crédito, en la confianza de que, muy probablemente, el adversario alguna vez te ha quitado algo.

La laxitud de Ytúmás ampara ojo por dedo, ojo por brazo, ojo por lápiz, ojo por jamón, etcétera. Ojo por lo que tú quieras. Ytúmás resulta clave para evitar equidistancias ya que, por razones obvias, lo del adversario siempre es más: más grave, más descarado y más sucio. También se la conoce como Ley de Perosquellos, puesto que el mayor disparate de los nuestros queda resuelto mediante la locución: "Pero es que ellos…".

2. Ley de Fíjate

Complemento inseparable de Ytúmás o Perosquellos es la Ley de Fíjate. Dice así: "Las declaraciones del más bruto de tus rivales políticos constituyen la prueba de que tienes razón".

Rz = +Br (blablabla)

Rastrea en Twitter hasta encontrar a quien se haya expresado en los términos más ofensivos y adjudica sus palabras al grupo rival: fíjate en lo que dicen los españoles, fíjate en lo que dicen los catalanes, fíjate en lo que dicen los unionistas, los indepes, los peperos, los sociatas, los podemitas, los naranjitos, los veganos, los taurinos, los taxistas o los calvos. La Ley del Fíjate es fundamental para reafirmarse en las convicciones del propio grupo y no caer en la tentación de considerar argumentos del grupo rival, que alberga bestias, locos y, por supuesto, nazis y fascistas. Fíjate permite odiar, puesto que nos odian y, por aplicación de la ley anterior, ellos siempre nos odian más y empezaron antes.

3. La Ley de la Verdad Política

La Ley de la Verdad Política (LVP) se expresa así: "Dado un número inabarcable de hechos, conviene seleccionar aquellos que contribuyan a apoyar nuestro relato y eviten debilitar las convicciones de los nuestros, de tal manera que la verdad política debe ser igual a la verdad tradicional una vez se han restado las verdades incómodas".

V(p) = V – V(i)

En definitiva, no te sientes a la mesa sin los tres listados mágicos:

a) Los peores defectos del político al que quieras poner como los trapos.

b) Las barrabasadas más agresivas de líderes mediáticos del otro bando.

c) Todos los hechos que te conviene ignorar.

Siguiendo esta guía es muy difícil que pierdas la discusión, pero no hay que desdeñar el peligro de que otro comensal siga las mismas pautas, convirtiendo la cena de Nochebuena en Sálvame España: con gritos, desplantes y algún insulto. Ojo a los cuchillos. Se aconseja cubierto de plástico, como en las meriendas infantiles. Pensemos que durante todo el año solo oímos y leemos a quienes piensan como nosotros y, confortablemente instalados en nuestra burbuja mediática, nos parece elemental que todoelmundo piense como nosotros. Es presumible que en las reuniones familiares de estas fechas haya choque de burbujas mediáticas.Todo el mundo tiene su todoelmundo. Es recomendable huir de expresiones que utilizamos en confianza, como "que se jodan los putos tal", "estoy hasta los tal de los tal de mierda", etcétera. En un contexto plural podrían no ser bien entendidas.

Tampoco es imposible que, empujados por el alcohol y las dulces melodías de los anuncios de la tele, en algún momento sintamos la necesidad de reconciliarnos con el imbécil al que acabamos de despellejar, decir: "Ay, cuñado, te he querido destruir con mi verbo acerado, en qué estaba yo pensando. Sin ti no puedo vivir, no hay yang sin ying ni Casera sin vin, jajajaja, qué rima tonta, estoy borracho". Bien. Este deseo de reconciliación es muy natural, y no hay que avergonzarse por ello. A veces también se da en los países. Se formula así: nación menos adversario igual a cero.

N – a = 0

Una vez comidos, bebidos y discutidos, nos retiraremos con un pensamiento profundo, de cara a la siguiente sentada navideña: parece mentira que una generación sentimentalmente educada en La Guerra de las Galaxias nos hayamos dejado arrastrar al lado oscuro.

(Como plan B, se sugiere: auriculares de botón, Spotify, sonreír y asentir con la cabeza a intervalos irregulares de entre diez y treinta segundos).

Toni Martínez dirige el espacio de humor Todoporlaradio, en La Ventana, Cadena Ser. A veces, también come con gente.

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