_
_
_
_
_

Cruix: Arroces, tapas y platillos de autor a precio razonable

Tres formatos arraigados en la restauración nacional se reinventan en este restaurante de Barcelona. Gran noticia: las técnicas de alta cocina del chef Miquel Pardo no hacen que el bolsillo se resienta.

El mole de ajo negro, la raya y el tequila
El mole de ajo negro, la raya y el tequilaMÒNICA ESCUDERO

¿Cruix? ¿No querrás decir crush? ¿Qué, ya te has enamorado?

Pues la verdad es que un poco sí, gracias por preguntar. Pero no de una persona de habla inglesa, sino de un restaurante que han abierto hace un par de meses en el Eixample izquierdo de Barcelona. Él es un local pequeñito y sin pretensiones donde sirven tapas, platillos y unos arroces de campeonato, y nuestro Tinder fue un amigo, que me dijo que fuera a probarlo.

Tapas. Ya: chorizos a la sidra, callos, croquetas de jamón y tal. Qué cutres, ¿no?

Pues no exactamente: aunque no tenemos nada en contra de esas tapas, las suyas van por otros derroteros. El cocinero, Miquel Pardo, a pesar de ser muy joven ya ha trabajado en varios restaurantes de alta cocina como Tickets, ABaC o Ricard Camarena, pero echaba de menos poder dar de comer a sus amigos y su familia, así que decidió montar un restaurante que pudiera convertirse en su segunda casa. Así que más bien empezamos con unas anchoas en semisalazón caseras -tersas y con el punto perfecto de sal-, que sirven sobre pan carasau crujiente con un poco de salsa holandesa. Le siguieron unos tomates cherry de pera escabechados con una vinagreta cremosa de mostaza antigua, brotes, judía verde cruda en juliana y croutons. Cada bocado era una explosión de frescura en la boca, me gustó mucho. Lo siguiente fue un churro de bacalao, liviano y muy bien frito, con una espuma de all i oli con un punto muy suave de ajo y un brócoli tandoor al dente con salsa cremosa y cacahuete crujiente. Aprovecho para avisar de que tienen buenísimas opciones vegetarianas: los que no comen animalitos -pero sí huevos y lácteos- se lo pasarán la mar de bien.

Y un churro
Y un churroMÒNICA ESCUDERO

Uy, yo es que como muchísimos animales.

Pues mira, el siguiente plato tenía anguila, sobre una ensalada de puerros asados muy melosos, con cebolla encurtida, más croutons -igual aquí otro formato de crujiente me hubiera gustado más- y un aliño bastante alegre. También probamos unas tostadas crujientes de raya con un mole de ajo negro impresionante (y su tequila). Y entonces tocó inclinarse para recibir a la croqueta.

Puerros y anguila, el combo ganador
Puerros y anguila, el combo ganadorMÒNICA ESCUDERO

¿No decías que no hacían croquetas?

He dicho que no hacían croquetas de jamón, porque las hacen de pato Pekín, con trozos grandes y jugosos y una bechamel mortal. Me hubiera comido tres. Por suerte no lo hice, porque después llegaron un delicioso tartar de corvina con totopos caseros, un taco -tipo saam, envuelto en lechuga- de cordero en su jugo crujiente y ligero con lombarda marinada y una berenjena Benedict con la salsa un poco subida de cítrico (esto no es una queja, le iba muy bien). Ah, y las alcachofas con carbonara de panceta ibérica, fundida sobre la espuma de yema: de diez. También unas albóndigas de cua de bou muy curiosas, como un tartar con un golpe de calor que sirven con unos spaguetti de cebolla.

Croquetas pekinesas brutales
Croquetas pekinesas brutalesMÒNICA ESCUDERO

Te gustó todo muchísimo, qué fácil eres de convencer.

Bueno, no tenemos por costumbre recomendar sitios que no nos gusten, no tendría mucho sentido. Si hubo un plato que no me chifló del todo fue la mousse de foie con cacao y naranja: no es que no estuviera buena, pero quedaba un poco plana entre el festival de sabores y texturas.

Se come con cuchara, claro
Se come con cuchara, claroMÒNICA ESCUDERO

¿Y el arroz qué? Seguro que no está tan bueno como el que hacen en Castellón. Allí sí que saben hacer arroz.

Pues precisamente de allí es el chef, Miquel Pardo. Sus arroces tienen apenas un dedo de grosor, los que probé -el de gambas y pimiento asado y el de verdura, vegano- estaban perfectos de cocción, de sabor y de socarrat. Mención especial al vegano, al que un caldo grueso y casi cremoso le da una enjundia difícil de conseguir solo con ingredientes del reino vegetal.

Arroz negro
Arroz negroMÒNICA ESCUDERO

Ay, en Castellón lo que no saben hacer son postres.

Pero qué liante eres. Los dos que probé estaban entrre buenos y buenísimos: un prepostre de helado de limón y curry verde un poco picante, super fresco, con mango y un crujiente de sésamo. El otro, una fiesta de la gochez: una tarta con base de hojaldre de mantequilla con brie, crema batida y arándanos. Un vicio.

Una tarta de queso diferente
Una tarta de queso diferenteMÒNICA ESCUDERO

¿Qué bebiste?

Agua con gas, porque por la tarde tenía que trabajar. Pero Carlos Fernández -socio de Miquel, al frente de la sala- me enseñó una carta con unas 24 referencias entre los de la casa -un xarel.lo del penedés, una garnatxa joven y un cava Brut Nature- y otras más especiales como el delicioso Juan Gil de Jumilla. Casi todos están entre los 13 y los 26 euros, menos un Belondrade et Lurton que cuesta -y vale, vaya si los vale- 33, para los días de homenaje. También tienen cerveza Túria de tirador, que está bien rica.

Te iba a preguntar si es muy caro, pero qué vas a saber tú, que vosotros solo vais a los sitios si os invitan.

Pues mira: sé lo que cuesta y además, pagué. Es una costumbre que tengo, va muy bien para que los restaurantes que me gustan sigan abiertos. Además, no duele: tienen un menú degustación de 24 euros en el que entran cinco tapas, un arroz y un postre. La versión larga cuesta 28, y tiene dos tapas y un prepostre más: los precios son, más que correctos, directamente muy ajustados. Si no estás para dispendios, tienen un menú de mediodía -de lunes a viernes- de 12 euros en el que cada semana hay una tapa a escoger de primero y un arroz diferente de segundo. El arroz y el postre no puedes escogerlos, pero no habrá queja porque están buenísimos.

Pues mira, a lo mejor voy.

¿Después de poner todas las pegas del mundo? Teniendo en cuenta que solo caben 40 personas, más vale que reserves. Mira, no, que no te lo mereces: les diré que no te dejen entrar.

No funcionará. Tengo un plan sin fisuras: me haré pasar por ti.

Cruix. Carrer d'Entença, 57. Barcelona. Tel. 688 973 732. Mapa.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_