Y el mejor truco para hacer huevos escalfados es...
Coladores, torbellinos, microondas... Internet ofrece varias técnicas milagrosas para no naufragar con los difíciles huevos poché. El Comidistest las pone a prueba y descubre cuáles funcionan de verdad.
El huevo escalfado es quizá la prueba más dura de los Juegos del Hambre de la cocina. Gran parte de los que se enfrentan a ella mueren por el camino, y acaban comiéndose unas yemas cuajadas rodeadas por hilachos deslabazados de clara. Sólo unos pocos, muy pocos, logran el milagro de facturar en casa algo parecido a los huevos benedict de su restaurante cuqui de referencia. Por eso la Red está llena de fórmulas milagrosas que prometen unos huevos pochés -también se llamán así- perfectos aunque seas un zote integral.
¿Funcionan estos trucos para torpes? ¿O son puras falsedades creadas por cazadores de clics y visionados? Tras hacer la prueba del algodón a las recetas en taza al microondas, los trucos interneteros para afilar cuchillos o los artilugios culinarios de AliExpress, El Comidistest vuelve para comprobar si sirven para algo el colador, el torbellino, el microondas, el plástico transparente y otros recursos para los que necesitan desesperadamente un huevo escalfado pero no llegan ni a parvulitos de cocina. Si quieres saber cuáles son un sí cuáles un no y cuáles un bueeeeno, no tienes más que darle al play en el vídeo de arriba. Y si los haces y te quieres montar unos benedict que no se los salte un monje, aquí tienes la receta mágica de la salsa holandesa.