
Plum cake de avellana y chocolate
¿Piensas que eres un inútil para la repostería? El llorar se va a acabar con esta receta facilona y maravillosa, apta para manazas y destinada a alegrar tus mañanitas. O tardes. O sobremesas.
¿Piensas que eres un inútil para la repostería? El llorar se va a acabar con esta receta facilona y maravillosa, apta para manazas y destinada a alegrar tus mañanitas. O tardes. O sobremesas.
Vuelve el Carnaval y con él, los postres de sartén en infinitas formas. Rescatamos una de las elaboraciones más tradicionales del Norte, la señora Tostada de Crema, también conocida como Doña Leche Frita.
Huevos, bacalao, cebolla y pimiento, cuatro elementos para conseguir una de las obras maestras del arte tortillil. Se hace más rápido de lo que piensas y el punto de jugosidad se puede adaptar a todos los gustos.
Crujiente, deliciosa, entrañable… La croqueta lo tiene todo, incluso un día internacional que se celebra mañana. ¡Honrémosla como se merece descubriendo su historia!
Por fin vas a cumplir tu sueño: hacer el canelo intentando hablar con la boca llena de polvorones y, a la vez, saber de dónde vienen estos dulces navideños.
Si el rulo de ternera con huevos duros resecos y aceitunas amojamadas puebla tus pesadillas, no sufras más. Es posible otra ternera rellena, una capaz de deslumbrar hasta en el menú navideño.
De Bilbao de toda la vida, la menestra puede ser un plato de mesas navideñas. 100% vegetal, es una opción perfecta para variar el menú y contentar a los amigos de lo verde. Eso sí, va con todo rebozado.
Recuperar las buenas costumbres pre-navideñas o cumplir tus propósitos alimentarios de Año Nuevo no tiene por qué ser triste: alegra tu día con una ensalada original.
Viajamos en el tiempo y el espacio para probar unos de los dulces más tradicionales de la cocina sefardí: los mostachudos judíos. Con cuatro ingredientes y 30 minutos harás unas pastas de campeonato.
Un clásico dulce de la cocina tradicional francesa que se hace en un periquete y con solo cinco ingredientes. Parece mentira, pero está al alcance de cualquiera, oh, là, là!
¿Se puede mejorar algo tan rico y tan simple como un sándwich mixto? Mais oui, mes amis! Ricemos el rizo del jamón y queso incorporando lo mejor de la tradición francesa y lleguemos al éxtasis bocatero.
Que no te vendan imitaciones: la auténtica ensalada César no es yanqui ni italiana, sino mexicana. Tampoco lleva pollo ni anchoas, tan sólo unos cuantos ingredientes con los que marcarte un primer plato espectacular.
Si tú también suspirabas por que lleguen de una vez el frío y las lluvias, dale la bienvenida al condumio invernal con esta crema. Reconfortante, calentita y sencilla, ¿qué más se puede pedir?
Desde el primer Borbón hasta Azaña, las cocinas del Palacio Real de Madrid vivieron dos siglos de frenesí culinario y cuchipandas. Con motivo de su apertura al público, rescatamos parte de su historia.
¿Eres torpe y cuando metes verduras al horno, las quemas o te quedan blandurrias y aguadas? Aquí tienes todo lo que necesitas saber para que queden sabrosas con el mínimo esfuerzo posible.
Si el cilantro te sabe a jabón, colonia o a cuerno quemado, es posible que sufras cilantrofobia por causas genéticas. Y que estés siendo torturado por la actual tendencia de añadírselo a todo, claro.
Para degustar el lejano Oriente no hace complicarse demasiado la vida: un sencillo bocadillo de chuleta empanada y una salsa con regusto samurai te pueden hacer el apaño.
Fritas parecen, asadas están. Ésta es la receta definitiva para hacer las patatas gajo con especias, y encima, sin gastar aceite y sin olores.
Ya está aquí el otoño y con él llegan el fresquete, la batamanta y las ganas de encender el horno ¡Inaugura la temporada repostera con un dulce reconfortante!
Cefalópodos entre pan y pan: el bocata más castizo también se puede disfrutar en casa, igual o mejor que en la relaxing Plaza Mayor de Madrid.
¿Quieres que tu ensalada de pasta no parezca un triste táper de oficina gris? Pues sigue nuestros consejos, que el verano es la temporada alta de este plato fresco, rápido y sabroso.
La tarta de galletas lo tiene todo: buena, bonita, barata, se hace en un pispás y encima sin horno. Más allá de la mítica versión con chocolate existe un mundo de posibilidades con queso, nata y fruta de temporada.
La llames como la llames, es la salsa suprema, la reina de la cocina y del 'cochinerismo' culinario. Todo sabe mejor con una cucharada de ella encima, pero ¿de dónde viene? ¿Mejor con Y o con H?
Puede que sus años de gloria quedaran atrás, pero la gelatina tiene todas las cualidades para ser el postre veraniego por antonomasia: fresco, facilón y, desde el cariño, un poquito viejuno.
Obra maestra del minimalismo viejuno, el melón con jamón resiste los envites del tiempo y vuelve, como Georgie Dann, puntual a su cita con el verano. Dale una nueva oportunidad con dos versiones diferentes.
Combate el calor y sus sudores infernales a ritmo de zumos, batidos u otros refrescos caseros sin ningún dulzor añadido. Tan sólo hay que tirar de imaginación y frutería.
¿Es una ensalada? ¿Una salsa? ¿Un avión? La matbucha cruza el Estrecho, y va directa a tu plato para llenar los últimos días del verano de color y de sabor a pisto exótico.
Nos enfangamos en mahonesa hasta la cintura para desentrañar los orígenes de la ensalada más veraniega. ¿Es realmente rusa? No. ¿Vendrá Putin a reñirnos si osamos ponerle cebolleta? Quizás.
Los golosones tenemos a nuestra disposición muchas opciones para seguir endulzándonos la vida aunque usemos poco azúcar. ¿La clave? Ni sucedáneos ni sustitutos: sólo fruta frutera, alma cándida.
Sandwich contundente donde los haya, la francesinha merece salir de Portugal y ser conocida en el mundo entero como merienda de campeones y alivio de resacas.
Convertimos el viejunísimo banana split en un postre saludable, casero y sin azúcares añadidos. Te damos el secreto del helado hecho con un solo ingrediente: la sombrillita de papel y las bengalas las pones tú.
Dueños y señores de la meriendacena y la excursión familiar con fiambrera, los huevos rellenos salen del armario de la cocina viejuna para conquistar el siglo XXI.
Vuelve el calor y con él, la temporada de sopas frías. Ésta, a medio camino entre un gazpacho verde y una crema de verduras, se hace en cinco minutos y sin ningún tipo de lácteo.