La sencilla manzana asada se puede convertir en un postre tan completo y elaborado como quieras: solo hay que darle aroma con algunas especias, la textura de los frutos secos y algo de untuosidad gracias al queso fresco.
La ensalada de col no es esa sopa aguachirlada que te ponen con la comida rápida: prepara en casa esta versión con apionabo y chirivía y descubrirás su frescura y crujiente originales.
Éste es uno de esos platos para comer con cuchara y no dejar ni una gota de la mezcla que lo riega. Los langostinos cocidos al punto pueden dejar paso a mejillones, navajas, pulpo y hasta berberechos de lata.
Si buscas una alternativa a la clásica lombarda guisada con pasas y piñones, prueba a hornearla hasta que está tierna pero no blandurria, dorarla en la sartén y finalmente aliñarla con un mojo fresco y sabroso.
Un costillar asado a baja temperatura -en el horno- sobre una base de cremoso puré de apionabo con manzana ácida para contrastar: así es nuestra versión libre de un platazo del restaurante La Esquina.
Para conseguir que esta carne quede tierna y jugosa por dentro y a la vez dorada y crujiente por fuera, recurrimos a un sencillo truco: la doble cocción.
Acompaña tus noches de verano al fresco con una receta clásica. El rebozado crujiente, sin exceso de aceite y traído desde Andalucía, es ideal para juntarlo con una copa de vino blanco.
¿Encender el horno en verano? ¡Venga ya! Este plato anglosajón no necesita este electrodoméstico para conservar su sabor y ser igual de apetitoso. Tan solo tienes que seguir los pasos de esta receta.
La carne de cerdo preparada a fuego lento hace la cucharita con una señora salsa barbacoa. Nunca se ha visto tanto amor entre dos panes (y fuera estamos casi seguro de que tampoco).
Una versión algo más elaborada –gracias al proceso de encurtido del apio, que puede hacerlo más atractivo para los apiofóbicos– de una ensalada simple, satisfactoria y muy fresca.
Una buena manera de beber fruta de temporada que puedes tunear con galletas, frutos secos, especias, otras frutas rojas o lo que más te apetezca. Y sólo necesitas una batidora (y algo para infusionar la leche).
Un estofado sencillo, rápido y sabroso, perfecto para estas noches en las que bajan las temperaturas y nos damos cuenta de que, a ciertas horas, la primavera son los padres. Al menos hasta dentro de un mes.
A medio camino entre Inglaterra y Sevilla, les ponemos patitas –y sepia– a los "fish and chips" más canónicos y los paseamos por el sur, en una receta que marida musicalmente tanto con The Who como con Bambino.
Nunca le echaríamos nata, nunca. Pero nos permitimos un 'crossover' con el aliño de la ensalada César para mejorar la receta clásica sin renunciar a la esencia.
El aguacate se usa como fruta en medio mundo y como hortaliza en el otro medio. En El Comidista debemos estar justo en el meridiano entre una mitad y otra, porque le damos a las dos cosas. Hoy le toca ser dulce.
Si no te gusta esta combinación de alcachofas, caldo vegetal, menta y pasta es que no tienes corazón (o que eres la reencarnación de Mafalda, en cuyo caso sería perfectamente comprensible).
¿Nunca te has atrevido con las masas porque te da miedo que se te peguen a las manos? Te aseguramos que esta no lo hace, y que además te va a hacer muy feliz con ingredientes sencillos, baratos y sabrosos.
Suaves, especiadas, mantecosas, dulces y peligrosas, porque te puedes comer 20 sin darte cuenta. Así son estas galletas, perfectas para acompañar un té o un chocolate una tarde fría de invierno.
Un desayuno o cena de lo más apañado, listo para reconfortar el cuerpo y el corazón en esos días fríos y agotadores en los que se dan de tortas tus ganas de comer caliente y tu energía para cocinar.
Volvemos a apostar por el horno como herramienta para conseguir unas verduras sabrosas, caramelizadas y sin calorías añadidas. Una salsa de yogur y curry en polvo remata una jugada ganadora desde el minuto cero.
Si se puede mezclar la gastronomía de Texas y México o la de Japón y Perú, ¿por qué Francia y España no podemos cruzar dos de nuestras sopas más emblemáticas, baratas y deliciosas? El ajo y la cebolla están a favor.
Suma algas, gambones y una mayonesa de su coral: el resultado será la ensaladilla con más sabor a mar que hayas probado nunca. Un éxito asegurado en tus comidas –y cenas, y hasta meriendas– navideñas.
Una manera diferente de llevar a la mesa una de las carnes más socorridas durante las fiestas: el cordero. Nuestra versión se sirve con pasta y –pedazo de ventaja– está mejor de un día para otro.
Una base fina estilo coca, castañas asadas, un par de peras y una crema de vainilla. La tarta otoñal definitiva existe, y si eres listo la acompañarás de una bola de helado de nata y chocolate fundido.
Una receta a medio camino entre la morcilla y la croqueta, pero muchísimo más simple de hacer que cualquiera de las dos. Vegetariana, barata y llena de sabor.
Una versión gustosa y de invierno del tradicional 'Sunday roast' británico. Con pollo de corral, verduras a cholón, 'gravy' hecho en casa y un par de truquitos para conseguir un asado como manda la Reina Madre.