Mató y labne caseros
Uno es catalán. El otro, de Oriente Próximo. Pero ambos productos lácteos son igual de deliciosos, y se pueden hacer en casa en lo que canta un gallo con barretina en Beirut.
Uno es catalán. El otro, de Oriente Próximo. Pero ambos productos lácteos son igual de deliciosos, y se pueden hacer en casa en lo que canta un gallo con barretina en Beirut.
Con pasta, con arroz, salteadas, en revuelto o en tortilla y ahora también en paté: en otoño cualquier excusa vale para ponerse fino a setas.
¿El mejor truco para preparar sardinas en casa sin que todo se quede impregnado de 'eau de chiringuito'? Utilizar una receta en la que no pasen por el fuego.
Encender el horno durante un rato siempre tiene recompensa, esta vez en forma de untable apto hasta para los que no comen animalitos. También te proponemos integrarlo en un tremendo plato de pasta.
Cambiar el relleno natural de la burrata –llamado 'stracciatella', como el helado– por otro dulce o salado permite conseguir un plato sorprendente en sabor y presentación.
Una receta perfecta para despedir el verano, cuando todavía quedan buenas hortalizas pero el cuerpo ya tolera comida caliente (y contundente).
Aunque estemos acostumbrados a comerlos asados, los picantones también están muy ricos rebozados, sobre todo si se acompañan con salsa para mojar.
Si le pones vegetales y cítricos para darle un punto de frescor, la polenta puede ser perfectamente un plato de verano. Lo del parmesano es menos de temporada, pero es imposible negarse a sus encantos.
Un plato de mar y montaña que desmonta el mito de que no se pueden hacer sardinas en casa sin tener que darle a todo un baño previo de teflón.
Lo mejor de la huerta y lo mejor del mar se unen para ofrecer un aperitivo, primer plato o cena ligeros y con todo el sabor del verano.
Aunque tengas la cabeza intoxicada por una sobredosis de Georgie Dann podrás preparar sin esfuerzo estas fastuosas chuletas de cerdo (o cualquier corte apto para esa cocción).
Muchas de las sobras que acaban orbitando por la nevera pueden convertirse en deliciosas tortillas. Dales una segunda oportunidad y menea los carrillos en menos de 20 minutos
Fruta fresca, queso cremoso y el punto salado y potente del jamón: nada puede ir mal con esta combinación.
Iniciarse en el universo de la cocina mexicana con estas quesadillas es tan sencillo como efectivo. Además son baratas, están muy ricas y no llevan animalitos entre sus ingredientes (aunque puedes añadírselos).
Una versión más ligera y refrescante de la clásica vichyssoise, lista para incluir en el repertorio de sopas frías dispuestas a dar su vida para salvar la nuestra cuando aprieta el calor.
Un aperitivo, comida, merienda o cena vegetariano –o no, tú decides– que te hará triunfar con muy poco esfuerzo y todavía menos presupuesto.
La manera chiquicientosmil de sacarle brillo al cuscús en una receta simple, sana y de temporada.