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Gazpacho de tomate, pimiento choricero y jerez

Mikel López Iturriaga

Tras la polémica suscitada por el gazpacho de hierbabuena y albahaca, confío en que a los Guardianes de la Sagrada Esencia del Gazpacho Español que aparecieron en los comentarios de aquella receta les parezca bien este nuevo invento. Lleva tomate, aceite, vinagre y pan, es crudo, líquido, emulsionado y se toma frío, por lo que no veo motivo para que los talibanes gastronómicos me vuelvan a crucificar por llamarlo "gazpacho". A no ser que no toleren frivolidades como las de añadir pimiento choricero -¡pero si eso es del Norte!-, miel -menuda guarrada- y vino de Jerez -hala, encima alcohólico-, en cuyo caso pongo la otra mejilla y me entrego con resignación a un nuevo martirio.

Que conste que la absurda manía por ponerle ingredientes extraños a este sacrosanto preparado tradicional me viene de un auténtico sabio en la materia llamado Alberto Herráiz. Más concretamente, de su excelente libro 'Gazpacho' (Akal), que recomiendo a todos los fans del producto en cuestión. Él es el que pone pimiento choricero a uno de sus gazpachos, y vino fino de Montilla a un salmorejo, lo que me llevó a hacer un megamix de ambas ideas en mi última sopa. Claro que Herráiz es de los que piensan que el gazpacho, más que un plato, es una técnica, herejía que a buen seguro no gustará a los egregios defensores de la tradición.

Al resto, simplemente deciros que el vino y el pimiento dan un leve giro a este plato de toda la vida. Sin grandes estridencias, sólo añadiendo un pequeño toque ahumado y ajerezado que me encanta.

Dificultad: Para memos.

Ingredientes

Para 4-6 personas

  • 1 kg. de tomates muy maduros
  • 6 pimientos choriceros (o 6 cucharaditas de carne de ídem)
  • 1 cebolla
  • 200 gr. de pan de ayer
  • 150 ml. de aceite de oliva extra virgen
  • 50 ml. de vinagre
  • 100 ml. de Jerez seco
  • 1 cucharada de miel
  • Sal y pimienta negra

Instrucciones

1.
Poner al fuego una cazuela con los pimientos choriceros cubiertos de agua. Cuando rompa a hervir, retirar y dejar reposando unos 45 minutos para que se rehidraten (obviamente, saltar este paso si se usa carne de pimiento choricero de bote).
2.
Mientras tanto, cortar los tomates en trozos grandes y ponerlos en un bol. Añadir la cebolla cortada en cuatro cascos, el pan empapado en el vinagre, el vino, la miel, la mitad del aceite, medio litro de agua, sal y pimienta. Tapar y meter en la nevera.
3.
Cuando los pimientos estén rehidratados, obtener la pulpa con una cuchara desechando las pepitas. Sumarlo a la mezcla del tomate y dejar que todo repose unas horas (si es una noche entera, mejor).
4.
Sacar la cebolla (se puede dejar, pero para mí sale demasiado potente) y triturar todo a fondo. Si se ve muy espeso, añadir un poco de agua. Pasar por el chino, y volver a batir con batidora añadiendo poco a poco el resto del aceite de oliva, para que emulsione y coja cuerpo. Corregir de sal, pimienta y vinagre, y servir muy frío.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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