Pollo asado con dátiles, almendras y limón confitado
Paradojas de la vida: una de las mejores cosas que cociné en mi reciente semanita de semivacaciones en Francia fue un plato que huele a Marruecos por los cuatro costados. La compra de unos limones confitados (o encurtidos) en un puesto de un mercado de Tolouse fue el detonante de este pollo con almendras y dátiles, cuya única justificación geopolítica podría ser la colonización francesa de aquel país o la importante presencia de población de origen magrebí en tierras de Sarko.
Aunque en el fondo, me da que la manera de hacer el plato tiene poco de marroquí: nada de largas cocciones en tajine o similares, ni de esas elaboraciones detallistas que convierten aquella cocina en una de las mejores del planeta. Más bien se trata de un pollo para vagos, de esos que haces cuando estás de vacaciones y no tienes demasiadas ganas de complicarte la existencia. Los toques morunos le dan al asado el punto dulce-ácido-salado-exótico necesario para salir de la rutina del pollo convencional.
Si no se encuentra limón confitado en sal en tiendas de comida árabe, se puede hacer en casa siguiendo ésta receta o ésta otra (en italiano). Lo malo es que tardan un mes en estar listos. En último caso, usar limón normal, aunque entonces habría que aumentar la cantidad de sal.
Dificultad: Para ultracuerpos.
Ingredientes
Para cuatro personas
- 1 pollo de corral
- 2 limones confitados (se venden en tiendas de comida árabe; si no, limones normales)
- 100 gr. de almendras crudas
- 100 gr. de dátiles
- 16 cebollitas (o un par de cebollas medianas)
- 2 6 dientes de ajo
- 200 ml. de caldo de pollo sin sal (si no, agua)
- 1 cucharada de comino en grano
- 1 cucharadita de pimentón
- 1 cucharadita de tomillo seco
- 2 cucharadas de miel
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta