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¿Es la comida estadounidense tan mala como pensamos?

Mikel López Iturriaga

Antes de descalificar a los americanos, muchas veces sin haber cruzado el Atlántico en la vida, quizá nos convendría preguntarnos si sus supuestas maldades culinarias son verdaderas o no. Éstos son algunos de los mitos sobre la comida estadounidense que se manejan en nuestro país, comentados por cuatro personas que conocen bien ambas culturas.

Sólo comen 'fast-food'

Las grandes cadenas multinacionales de comida rápida son estadounidenses: McDonald's, Burger King, KFC, etcétera. Esto ha llevado a pensar que lo único que se come allí es la clase de platos que venden dichos establecimientos: hamburguesas, patatas fritas, pollo rebozado y demás maravillas dietéticas. No se puede negar que EEUU es el gran exportador mundial del esa forma de comer, pero eso no significa que todo el país se atiborre a Big Macs por sistema.

"Es probablemente el principal mito, que todo es comida rápida con ingredientes de nula calidad", aseguran Alicia Vañó y Dana Knowles, socias fundadoras de las tiendas de productos estadounidenses en España Taste of America. "Pero es un país muy grande y diverso en el que conviven muchas culturas y tradiciones étnicas, por lo que a diario se cocinan platos que proceden de todo el mundo. Tenemos excelentes materias primas, tendencias muy novedosas y sanas y una gran variedad de productos".

Tara Penke, californiana afincada en Barcelona y relaciones públicas del restaurante Picnic, recuerda que comida rápida no es igual a comida basura: "Están los bagels, los bocadillos de los deli [tiendas de comida preparada], los burritos mexicanos o las ensaladas para llevar de buena calidad".

La comida es mala, insana y engordante

En el imaginario colectivo español, la comida estadounidense no sólo es de mala calidad, sino está llena de productos químicos y te pone como un elefante marino por sus altos índices calóricos. Negar que el país sufre una verdadera epidemia de obesidad sería estúpido, tanto como no cuestionar su manera de producir alimentos en masa, puesta al descubierto por documentales como 'Food Inc'.

Sin embargo, no toda la comida estadounidense es insana. Se olvida con facilidad que la lucha por una alimentación más ecológica surgió en Estados Unidos. "Hubo años en que en casa no entraba comida con conservantes", recuerda Penke. "Eran los ochenta en California, donde nació la comida ecológica y el 100 mile [consumo de producto local de unos 150 kilómetros a la redonda]". Hoy existen cadenas de supermercados de comida ecológica o local que ya quisiéramos para nosotros en Europa, Trader Joes, Whole Foods o Lazy Acres.

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Penke reconoce, sin embargo, que su país no es precisamente un paraíso nutricional. "Hay pueblos donde un Seven11 o un Pizza Hut es uno de los sitios cool como un lugar para salir. Hay Starbucks cada dos por tres. En muchos restaurantes es gratis rellenar tu vaso de refrescos. Y es más barato comer mal que comer bien".

En este mismo sentido se manifiesta el corresponsal de la Cadena SER en Washington, Javier del Pino. "En Estados Unidos se puede comer muy bien, pero no mucha gente elige esa opción. Tres de cada cuatro estadounidenses viven en eso que aquí llaman los suburbios y nosotros llamamos las afueras. El problema es que las afueras de aquí están más afuera que las de España, no en términos geográficos sino sociales. Y en esa América real no se come bien, no sólo por falta de cultura culinaria sino porque consideran el acto de comer como algo más fisiológico que placentero".

No saben disfrutar del acto de comer

Comer delante de la tele, a todo correr en cualquier sitio o ir a trincar comida de la nevera a cualquier hora son imágenes que, gracias al cine o a la televisión, tenemos asociadas a los estadounidenses. Y tienen una base real. Ahora bien, se debe saber que el momento de compartir la comida con familia o amigos no es el del mediodía, como en España, sino la cena. "Se toma sobre las seis o las siete de la tarde, y es nuestro punto de encuentro. Cuando ves a alguien comiendo un perrito caliente en Nueva York ten por seguro que es la hora de la comida, pero por la tarde llega a casa y cena con su familia", explica Knowles.

Del Pino es más crítico en esta cuestión. "Es algo contra lo que lucho a diario para tratar de que mis hijas no caigan en ese hábito catastrófico. Dado que aquí no se respeta la liturgia de la comida, el modelo gastronómico para niños y adultos es éste: puedes comer cualquier cosa y a cualquier hora. Lo veo en todos mis amigos y en todos los hijos de mis amigos. ¿Tienes hambre? Llévate algo a la boca. He visto a amigas de mis hijas desayunar helado con una bolsa de ganchitos”.

Es monótona: no salen de la hamburguesa

Bueno, esto es falso, sin más. La variedad de culturas y orígenes étnicos de los estadounidenses hace que su gastronomía sea muy rica y variada. "Desde las salchichas importadas por los inmigrantes alemanes en la época colonial hasta los platos vegetales de la comida sureña, aquí el menú es inagotable porque ha incorporado la misma asimilación de culturas en la que se fundamenta este país", explica Del Pino. "No creo que haya una 'cocina americana', hay una cajun cuisine, o una soul food, o una cocina de Nueva Inglaterra, con su marisco y sus platos de judías con azúcar. Pero Estados Unidos no tiene ingredientes que definan su cocina como el aceite de oliva puede definir la nuestra. Otra gran virtud, dentro de esa variedad, es que en cualquier lugar puedes encontrar un restaurante de tu comida étnica favorita: india, tailandesa, etíope…".

La gente no sabe cocinar

Puede que muchas personas no alcancen a freír un huevo y se alimenten sobre todo de comida preparada y precocinados (cosa que, por otro lado, cada vez pasa más en España). Pero el interés por la cocina ha experimentado un gran boom en Estados Unidos en los últimos años. El máximo exponente del fenómeno es la proliferación de canales y programas de cocina en la televisión, y la ascensión al estrellato de muchos chefs. Ahora bien, ¿significa esto que se cocina más?

"Al menos la gente está mejor informada sobre como tener una alimentación más correcta y también tienen más curiosidad por descubrir nuevas recetas", afirma Alicia Vañó. "Está más de moda la cocina, probar, degustar, asistir a clases de cocina y cocinar como hobby para disfrutar de buena comida y buena compañía".

"Desde luego que hay más interés", coincide Del Pino. "No hay más que ver cómo han crecido los suplementos de cocina en los periódicos. El problema es que ese interés está limitado a núcleos urbanos y, sin ánimo de insultar, algo elitistas".

No tienen nada que enseñarnos

El tópico dice que no tenemos nada que aprender de un país de supuestos ignorantes gastronómicos, y que cuanto más alejados nos mantengamos de sus costumbres, mejor. Si lo siguiéramos, nos perderíamos algunas tendencias interesantes que están cobrando fuerza en EEUU. "Hay un interés cada vez mayor por conocer el origen de la comida, la trazabilidad de los alimentos y el comercio justo", asegura Dana Knowles. "Pero lo que más se lleva son los productos sanos, ecológicos y sin gluten. Cada vez se investiga más para encontrar soluciones nuevas y así van surgiendo propuestas como la estevia, un sustituto del azúcar que es 100% natural, no tiene calorías, no daña el organismo, es 300 veces más dulce que el azúcar y se elabora a partir de una planta. Aún no está permitida su venta en la Unión Europea, pero pensamos que pronto estará la venta en toda Europa, incluida España". [Actualización: la estevia ya se vende en herbolarios españoles].

Tara Penke detalla un buen número de modas que hacen furor en los círculos foodies (comidisteros) de su país. "Comprar en los farmer's markets [mercados donde granjeros venden directamente sus productos]. El knowledge of food, es decir, saber más sobre comida de otros culturas, de vino, de quesos, los nombres de los mil ostras del Atlantico, de carnes y sus cortes. La ranch food o los productos que vienen solo una vez al año y son típicos de la zona donde vives. O la kombucha, una bebida energética y ecológica".

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No hay nada que en EEUU sea mejor que en España

Más de una vez me han dirigido miradas de incredulidad cuando he dicho que los chuletones o los cereales del desayuno eran, por lo general, mejores en Estados Unidos que en España. Y es que aquí nadie se cree que nada producido en tierras de Obama pueda superar nuestros productos.

Para Tara Penke, los postres están mejor en su país que aquí. En opinión de las propietarias de Taste of America, son superiores las salsas preparadas. "En España hay unas materias primas increíbles, un aceite de oliva y un vinagre de Jerez excelente, pero en lo que se refiere a salsas que ya vengan preparadas, combinando texturas y sabores, en Estados Unidos hemos logrado productos premium como las salsas barbacoa o la ranchera. También destacan nuestros preparados para postres y la decoración de tartas y cupcakes".

Javier del Pino pone el punto de mira en una costumbre muy española: la de la comida de dos horas. "Aunque lucho contra el concepto de 'comida rápida', creo que en aras de la nueva realidad económico-productiva-laboral deberíamos buscar un término medio entre la comilona española y el grab a bite (comer algo rápido para matar el hambre) americano. Los que trabajan en España en horario partido saben muy bien lo duro que es el regreso al trabajo en medio del sopor que produce la cerveza con el aperitivo, seguida de primer plato, segundo plato, postre, café y cigarrito. No digo que cambiemos eso por un sándwich, pero estoy fervientemente convencido de que el horario continuado mejora la productividad y te permite tener una vida personal y familiar más allá del trabajo. Y eso es incompatible con nuestro modelo de comida a mediodía. No digo que lo eliminemos: reservémoslo para el bendito fin de semana".

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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