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La casa de la comida pop

Cerditos, vírgenes de la marihuana y señoras que se llaman Delicias. / AINHOA GOMÀ
Cerditos, vírgenes de la marihuana y señoras que se llaman Delicias. / AINHOA GOMÀ
Mikel López Iturriaga

Un piso en el centro de Barcelona alberga la colección de objetos relacionados con la comida más extraña y fascinante que haya visto nunca. No se trata exactamente de instrumentos culinarios: allí puedes encontrar desde una enorme lengua luminosa a un batido de chocolate para la menstruación, pasando por una botella de champán para perros, un consolador en forma de mazorca de maíz o un políticamente incorrecto tarro de galletas con forma de mami negra. Son de lo más dispares, pero los unen dos características: un atractivo visual muy pop y unas connotaciones sociales o artísticas que van más allá de lo alimentario.

El piso en cuestión es la sede de Food Cultura, un ente que esquiva las definiciones. Se puede visitar (con cita previa), y buena parte de los objetos pertenecen a un artista, Antoni Miralda, y pero no es un museo. Organiza actividades que relacionan la comida con el arte, pero a sus responsables no les gusta el concepto de galería.

Aunque cuenta con unos 1.300 libros de cocina y gastronomía que el público puede consultar, yo tampoco lo llamaría biblioteca. Y desde luego no es una casa, a pesar de tener una cocina decorada con múltiples versiones de La Última Cena y un baño con una importante exposición de caganers. Food Cultura es, según sus impulsores, un lugar desde el que se promueven acciones, talleres, exposiciones u otro tipo de iniciativas sin programación fija que "tiendan un puente entre estómago, cerebro y corazón".

Espacios
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Objetos2
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Food Cultura vive en uno de los espacios rehabilitados de la antigua fábrica de cerveza Moritz. La marca se lo cedió a Miralda y a su mujer, Montse Guillén, después de que llevaran a cabo un proyecto promocional para la cervecera llamado Gambas On Wheels. Juntos organizaron una comitiva de 21 Seat 600 que llevaban al lado del motor unas cajas herméticas de dicho marisco, aderezado con cerveza y limón. Los coches viajaron de Barcelona a Girona con las gambas cocinándose lentamente con el calor de la maquinaria, en un "juego de ideas sobre el ritmo de la vida cotidiana, el despilfarro energético, las herramientas culinarias y la temperatura".

Los próximos proyectos de la institución continúan en la misma línea, tan cercana a lo arty como alejada del culto al cocinero que ha marcado la gastronomía en los últimos tiempos. "Nos aburre la exaltación de la figura del chef de moda", explica la coordinadora Pepi De Boissieu. "Y no se trata de hacer maridajes de cocina y arte o música. No vamos tanto por lo gastronómico como por las implicaciones culturales de la comida".

Además de participar en una serie de eventos gastroculturales que coincidirán con la feria Alimentaria y de tramar una acción con el peculiar club de fans de la butifarra Buticlub, Food Cultura tiene previsto exponer en junio una instalación de la artista iraní Mariam Shambayati. "Es una reinterpretación de un aparador de cocina", avanza De Boissieu. "Estará lleno de unos 150 objetos de menaje, y cada persona podrá traer un instrumento culinario y cambiarlo por alguno de los que ya estén, dejando constancia de su paso por allí".

Food Cultura se puede visitar llamando al 934231758 o escribiendo a contactus@foodcultura.org.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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