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Vino a granel, pero del bueno


La sumiller María José Vázquez, sacando una frasca. / JUAN FÉLIX RUIZ
La sumiller María José Vázquez, sacando una frasca. / JUAN FÉLIX RUIZ
Mikel López Iturriaga

Pobre vino. Hace años te bebía todo el mundo, cuando buena parte de tu producción era burda y peleona. Y ahora que te elaboran bien en cualquier región de España, cada vez te tomamos menos. Has caído en las garras de los sibaritas, los entendidos y los gourmets, que han proyectado una imagen de exclusividad esnob que no mereces. Por su culpa, aburres a unos, das miedo a otros y despiertas indiferencia generalizada entre los más jóvenes. La cerveza te está ganando la partida.

Para que no te deprimas, me gustaría informarte de una iniciativa que trata de devolverte al pueblo llano, sin que eso suponga degradar tu calidad. Bodega Urbana es un local de Bilbao que actualiza las viejas bodegas de ciudad en las que se vendían -y aún se venden- vinos a granel. La novedad reside en la buena calidad de los caldos -ni rastro de los vinachos con resacón garantizado habituales en esta clase de establecimientos- y la tecnología con la que se transportan y conservan.

Cuando entras en la tienda, a la derecha te encuentras unas estanterías con botellas etiquetadas de bodegas pequeñas y poco conocidas. Nada demasiado diferente a una vinoteca convencional. Pero a la izquierda unos depósitos metálicos almacenan cientos de litros de vino sin marca, separado según sus variedades: albariño, cabernet sauvignon, godello, merlot, mencía, sauvignon blanc, syrah o tempranillo. Todos se pueden comprar a cinco euros la botella.

Al fondo hay un bar en el que se puede picar algo acompañandolo de una copa de estos vinos o de otros de marca. Y al lado, una mesa en preparada para jugar al quimicefa del enólogo, en la que preparas tu propia mezcla de variedades para llevártela después a casa embotellada. Para ello cuentas con la asesoría de la sumiller María José Vázquez, no vayas a crear un frankenvino imbebible al juntar dos vinos que no se lleven bien.

En el colmo de la personalización, también puedes pedir que en las etiquetas de las botellas que adquieras ponga lo que tú quieras, siempre que te lleves una caja como mínimo. Yo compré tres de tempranillo y cabernet sauvignon López Iturriaga Convention con las que di el golpe en el encuentro familiar anual de cada puente de diciembre.

"Al participar en la preparación de la mezcla siempre consideraremos el vino un poco nuestro, y lo disfrutaremos más", afirma una de las socias del negocio, la enóloga de 53 años Ana Martín. "Además, de alguna manera estás haciendo cultura de vino. Primero prueban distintas variedades que igual no conocían, y luego les orientas sobre unos equilibrios de olores y sabores que hay que buscar. Se pueden sentir enólogos por un día".

SOBRE BODEGA URBANA CABECERA
SOBRE BODEGA URBANA CABECERA
VINO A MEDIDA5
VINO A MEDIDA5
TABERNA BODEGA URBANA BILBAO8
TABERNA BODEGA URBANA BILBAO8

Bodega Urbana nació de las cabezas de Martín y otro enólogo, Pepe Hidalgo, tras unas cuantas charlas sobre el retroceso del consumo de vino en nuestro país. "Siempre llegabamos a la conclusión que los del vino nos estábamos volviendo bastante insoportables", cuenta Martín con una sinceridad de agradecer. "En lugar de acercar el vino al consumidor haciéndolo mas fácil, se hacía cada vez más elitista, hablando con una terminología para críticos, especialistas y muy fanáticos. Pero ése es un grupo muy pequeño, y la mayoría de la gente lo único que quiere es disfrutar con el vino. Por eso pensamos que era necesario algo mas asequible, no marear tanto y hacer una venta directa más cercana, pero con conocimiento de lo que vendes".

Después de años trabajando en el sector, Martín e Hidalgo contaban con los conocimientos y los contactos necesarios para encontrar buenos vinos a precios razonables por toda España. "Los vinos los seleccionamos porque tengan realmente carácter varietal, y luego porque sean vinos equilibrados, no complicados. Es decir vinos ricos. Este mismo criterio lo aplicamos al seleccionar los vinos embotellados. Todos son de bodegas pequeñas, que elaboran vinos especiales y que aportan algo diferente".

Ana Martín, que trabajó con la Diputación de Vizcaya en los noventa para transformar el txakolí en una bebida de altura, y después fue enóloga de Castillo de Cuzcurrita o Traslanzas, se muestra razonablemente satisfecha de cómo ha funcionado su invento hasta ahora. "Los primeros días la gente entraba sólo a ver, como quien va a una exposición. Pero después de tres meses ya hay muchos habituales. Lo que más me gusta es que al principio no sabían cómo pedir, pero ahora entran diciendo: 'Ayer tomé Mencía, ¿hoy que pruebo?".

Los dueños de Bodega Urbana tienen previsto exportar su modelo a otras ciudades españolas y extranjeras, "pero poco a poco". Por tu bien, amado vino que tantos momentos de placer -y de ebriedad- me has dado, espero que sea cuanto antes, y que éste u otros negocios te hagan parecer de nuevo una bebida divertida para todos los públicos.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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