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Diez planes gastronómicos para Semana Santa sin salir de casa

Mikel López Iturriaga

¿Deprimido porque no te vas a Nueva York, a París o a Cayo Coco esta Semana Santa? ¿Horrorizado ante la perspectiva de quedarte en tu barrio todas las vacaciones porque no tienes ni medio lero? Tranquilo, El Comidista está aquí para recordarte que todas esas personas que alardean de sus viajes acabarán hacinados en alguna trampa para turistas, y también para proponerte algunos planes filogastronómicos mucho más divertidos. Todos los podrás hacer sin moverte de casa, y ninguno exige grandes dispendios.

Maratón de películas

En el caso de que no seas de meterte Ben-Hur, Quo Vadis, el ángelus en loop o el megachute de programación cristiano-familiar que imagino emitirá 13tv estos días, puedes aprovecharlos para ver o volver a ver de un tirón unas cuantas pelis que giren alrededor de la comida. Para mí un maratón ideal se compondría de, por ejemplo, la inolvidable Big night, el clásico de Ang Lee Comer, beber, amar y mi película gastronómica favorita de todos los tiempos, Ratatouille. Pero hay cientos de opciones en el menú, como los ramen de Tampopo, los vinos de Entre copas, el pollo de El guateque o los dulces de Charlie y la fábrica de chocolate.

"Está tan bueno que debería matarte". / YOUTUBE

Practicar el panarrismo

Frases como "a mí me encantaría hacer pan/ensaimadas/hojaldre/brioche en casa, pero es que voy fataaaal de tiempo" o "uy, hacer pan relaja muchísimo, pero lo dejo para cuando me jubile" están a la orden del día, tanto en mi entorno como entre los comentaristas de este blog. Pues bien, ahora tenéis por delante días suficientes como para curraros un pan con 12 levados y 300 fermentaciones, así que se acabaron las excusas. Si queréis iniciaros de una manera más discretaaquí podéis encontrar una receta sencillísima del gurú panarra Ibán Yarza, que te introduce de manera sencilla conceptos como el estirado y plegado o el prefermento, y que se puede tunear con semillas, especias, frutos secos o tomate deshidratado si queréis ponerle fantasía. Aquí podréis encontrar todo tipo de recetas más o menos complicadas, que harán que después de las vacaciones estéis enganchados a ser vuestros propios panaderos y que, con toda la paradoja que conlleva, descubráis que el pan es algo que puede hacerse a diario.

Una receta un pelín más complicada con masa madre. / YOUTUBE

Montar un huerto de plantas aromáticas

Os lo hemos dicho ya por activa y por pasiva: plantar aromáticas en casa es bueno para vuestros platos (porque ganarán en sabor al tener maravillosas hierbas frescas al alcance de la mano) y para vuestra economía, porque no tendréis que pagar por un puñado de menta o cilantro cada vez que queráis hacer un ceviche o un tabulé, del que seguramente no vais a usar ni una cuarta parte. Y no hace falta tener un huerto urbano ni una gran terraza para ponerse en faena, con unas simples jardineras en la ventana podéis tener las 6 u 8 plantas a las que deis más uso. Además, abril es un mes ideal para plantar aromáticas, así que aprovechad para darles un uso a esas macetas que todos los pisos tienen muertas de risa en el balcón, comprad bolas de arcilla, un buen sustrato y semillas o plantas pequeñas y dedicad una tarde a la jardinería. Aunque eso va a gustos, las plantas que yo tendría en mi propio huerto –ahora mismo en proceso– serían romero, tomillo, menta, albahaca de hoja pequeña y grande, tomillo limón, cilantro, perejil y un par de chiles. Una tomatera y una planta de fresas tampoco están de más, y no necesitan mucha superfície para dar frutos.

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Un buen sistema para aprovechar el espacio. / HOGAR ÚTIL

Preparar un picnic

Lo más parecido a irse vacaciones es pasar el día fuera, retozando en el campo, un bosque o un parque. El caso es no quedarse en casa lamentándose por las vacaciones perdidas. Para terminar de gozarlo -y, de paso, no morirse de hambre-, lo suyo es preparar un picnic en condiciones. Ideas: una focaccia para picar (todavía quedan calçots para hacer ésta, que los acompaña con tomate confitado), hummus y babaganousho estas tiras de pollo empanado con especias que le dan una vuelta al pollo rebozado de toda la vida. Latarta de manzana, bacon e Idiazábal que publiqué allá por el paleolítico es un éxito seguro, igual que este bizcocho de queso azul, nueces y pera, que sigue una fórmula muy parecida pero en versión vegetariana. Las ensaladas de legumbres, como la de tomate garbanzos y anchoas, la de garbanzos con bacalao y pimiento rojo o una de judías con bonito también funcionan muy bien en formato picnic. No os olvideis de llevar bebida, fruta fresca y una manta para poner debajo del pompis, y de no poner la música a toda castaña en el móvil, que está feo y molesta a las personas normales que quieren echar la siesta.

Aquí estoy dentro, pero los findes a veces salgo a pasear. / EL COMIDISTA

Torrijear, buñuelear y pestiñear

Todos sabemos que vas a pasar las vacaciones yendo al gimnasio, corriendo 20 kilómetros o subiendo al trote las montañas que queden más cerca de tu ciudad. Por eso tu cuerpo necesitará los 40 millones de calorías que contienen los dulces típicos de Semana Santa. Lo más divertido de los mismos es prepararlos en casa, actividad que recomiendo comenzar con la reina de estas fechas: la torrija. ¿Una receta clásica? La de mi madre. ¿Algo más lanzado y revolucionario, para que vean que eres la más moderna de la escalera? Éstas con pan de naranja y pepitas de chocolate. ¿Una bomba cañón? Las de ministro de Robin Food. Si la torrija no es lo tuyo, prueba a iniciarte en los ritos del buñuelo, el pestiño o la leche frita, que también estilizarán mucho tu silueta.

Torrijas alternativas
Torrijas alternativas

La torrija alternativa. / VICENS GIMÉNEZ

Embotar conservas

Entramos en la época del año en la que hay más variedad de frutas y verduras, así que no hay mejor momento para elaborar conservas con algunos de ellas para poder disfrutarlas también el resto del año. Aunque es un trabajo un poco laborioso, también es muy satisfactorio, además –como ya os hemos contado unas 346613646473 veces– una conserva o un encurtido caseros en un tarro bonito pueden funcionar perfectamente como regalo de muy bajo presupuesto y gran efecto. Ahora es el momento de preparar mermeladas caseras de albaricoque, cereza o fresas (o, en versión baja en calorías pero igual de deliciosa, compotas para comer con yogur o con platos salados), fastuosos chutneys de mango o ciruela y cebolla roja o salsas con algunos de los tomates más dulces del año. Los que no sientan la llamada del dulce pueden hacer lo propio con una giardiniera italiana de verduras en vinagre, unos pepinillos o unos ajos confitados, que se pueden aromatizar con hierbas y aceite de oliva. Para que las conservas duren mucho tiempo en buenas condiciones, es importante esterilizar primero los botes y hacerles después el vacío, aquí podéis ver un par de sistemas sencillos para hacerlo rápido y fácil. Y nos os olvidéis de poner la fecha, de consumirlas durante el año siguiente y de guardarlas en un lugar fresco, seco y oscuro, como si fueran un gremlin.

Desayunar de lujo

Otra de las cosas para las que nunca hay tiempo: pegarse un desayunaco glorioso de una hora, con todo lo que nos apetece: zumo natural, pan o bollería (si has practicado el punto dos y son caseros, ya es la bomba), queso o embutido, huevos, yogur, muesli, infusiones, café y una variedad infinita de maravillas comestibles. Suponemos que no necesitáis que os digamos cuál es vuestro desayuno favorito, pero por si andáis escasos de ideas, aquí encontraréis unos bocadillos que ideó Mònica Escudero para El País Semanal (muchos de ellos pueden funcionar como desayuno-comida tardío, ese formato tan vago, gustoso y vacacional) y aquí unos desayunos pensados tanto para combatir la resaca como para una agradable sesión de autoindulgencia. Más cosas: unas cuantas tartas de las que invitan al vacaburrismo, más un agua de piña y menta y una de mango, melón y lima para bajarlas. Solo queda escoger bien la lectura para que el desayuno no haga bola, recordad que al fin y al cabo estáis de vacaciones y no vale la pena castigarse con la sección de los periódicos que nos amarga la existencia a diario.

Briochito con frutas, razón aquí / AINHOA GOMÀ

Si no quieres ser como ellos, leer

Las vacaciones son el mejor momento para subir un poco el nivel de tus lecturas. Es decir, para pasar del Cuore, el Diez Minutos o El Comidista a textos con un poco más de fuste. La gastronomía no se acaba en los recetarios, sino que también se puede descubrir en un montón de libros que no te enseñan a cocinar pero sí a saber de la comida y lo que la rodea. Mis recomendaciones: el divertidísimo En crudo, de Anthony Bourdain; el intenso Calor, de Bill Buford; El perfeccionista en la cocina, del gran Martin Amis Julian Barnes, y El libro de cocina de Alice B. Toklas, que más que un recetario son las memorias de la inteligente pareja de Gertrude Stein. Y en cómic, la recién publicada segunda parte de A comer y a beber, del viñetista de Le Monde Guillaume Long.

A comer y a beber guillaume long
A comer y a beber guillaume long

Un libro que yo no me perdería. / EL COMIDISTA

Revisión en televisión

Te perdiste un montón de programas interesantes porque no tenías tiempo o por que los pusieron a las tantas de la noche y haces esa cosa tan rara de trabajar al día siguiente. Ahora tienes la posibilidad de recuperarlos y de no sentirte un apestado social cada vez que salgan en la conversación. ¿Imprescindibles? La nueva temporada de Masterchef, claro. Los recientes hitazos de Pesadilla en la cocina: la locatis del Rocío, o Persépolis en Rivas-Vaciamadrid o los hermanos italianos en bronca permanente del Picasso. O los alucinantes reportajes de Food Factory.

Un funerario y una vegana. ¿Qué más quieres? / RTVE.ES

Resucita tu pongo

Un pongo es una cosa de esas que te regalan que no sabes qué hacer con ella. El pongo culinario suele materializarse en artefactos de utilidad tan, tan, tan específica que siempre los olvidas en el fondo de un armario hasta que te cambias de casa y decides dárselos a alguien. Antes de que eso ocurra, utiliza estos días de asueto para darles una oportunidad. Por si necesitas ideas, aquí tienes unas cuantas recetas pintonas para iniciar una relación amorosa con trastos como la licuadora, la yogurtera, la máquina de pasta, el cortafiambres y la envasadora al vacío.

Reconócelo: no la usabas. / SANTI SALLÉS

Documentación: Mònica Escudero.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).
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