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El auténtico gastroporno

Cuando el pizzero llama a tu puerta. / THE BOLD ITALIC
Cuando el pizzero llama a tu puerta. / THE BOLD ITALIC
Mikel López Iturriaga

#FoodPorn: etiqueta que, si perdéis tanto el tiempo en las redes sociales como yo, habréis visto cienes y cienes de veces pegada a fotos lujuriosas de comida, de esas que dan más hambre que un año sin croquetas. ¿Pero son realmente "porn" las imágenes de hamburguesas jugosas, ensaladas multicolores, salsas chorreantes y postres con el índice de nata y sirope en la estratosfera? Stricto sensu, yo diría que no.

El porno es algo bien distinto, mucho más crudo y menos apto para espíritus sensibles y rositas de pitiminí. Está lleno de penetraciones, eyaculaciones, masturbaciones, felaciones y cualquier cosa que se te ocurra acabada en -ciones, inexistentes en el mundo con filtro Valencia de Instagram o en el cuquiplaneta Pinterest. Por eso quizá deberíamos ser más cuidadosos al hablar de food porn o de lo que podría ser su traducción al castellano, gastroporno, y utilizar el término en los casos en que se exhiban de forma explícita auténticas relaciones sexuales entre alimentos. O cuando los astros del cine pornográfico se acerquen a la cocina. Aquí tenéis unos cuantos ejemplos de ambas situaciones, que llenarán vuestro cuerpo de lujuria y os empujarán a tirarle los tejos a la primera zanahoria que se os cruce por el camino.

Orgía vegana

Este vídeo de la revista online The Bold Italic representa uno de los tópicos más sobados de las pelis X de toda la vida: el del butanero/mensajero/pizzero que aparece en una casa en la que casualmente hay una señora –o varias– dispuestas a ofrecerle su cuerpo (y el de varias amigas, si se tercia). Sólo que esta vez la mujer es un pimiento, el pizzero un plátano y el resto de la orgía lo forman un montón de zanahorias, calabacines, patatas y calabazas del vecindario. Al final, como era previsible, la cosa termina en ensalada.

La autora del vídeo, Jessica Saia, explica así sus motivaciones: "Querida gente de Instagram: ¿habéis visto una porno alguna vez? Porque seguís etiquetando cosas como #foodporn, pero casi siempre son imágenes de una comida semi-atractiva, ahí tirada sobre un plato, no teniendo sexo con nada. Ocasionalmente, alguien cuelga una foto de una cereza mutante que parece un culo, algo que se le acerca, pero la mayoría de las veces me siento harta de que me mientan".

Manola bananera

Esto era un plátano –sí, otro, los vais a ver varias veces por aquí por pura cuestión morfológica– que dormía feliz con sus sábanas de estampado infantil y su toallita como almohada. Parecía un poco pocho y algo renegrido, pero eso no le impedía sentir la fuerza mañanera de la naturaleza y recordar su condición de único fruto del amor. Esta vez no os vamos a destripar el final, que además es de lo más sorprendente. El autor es el videoartista Ammo Eisu, que en su página web se autodefine como "educador, artista, diseñador, ingeniero e intérprete que ama construir monumentos que sirvan como espejos para reflejar realidades de racismo, avaricia, amor, lujuria y trauma infantil".

El porno de la abundancia

Pornucopia, un vídeo firmado por Big Top (sección adulta del proyecto estadounidense de animación TinyCircus), se puede leer como un canto a la diversidad sexual: vegetales, carnaza y alimentos procesados retozan alegremente sin problemas de género o número. Los plátanos se frotan con mazorcas de maíz, los palitos salados seducen a melocotones y las zanahorias se chuscan pasteles. Lo más perturbador es pensar qué clase de criaturas tróspidas podrían surgir de la cópula entre un dónut y una salchichorra de frankfurt (aunque otras como la frambucereza o el platanomelón no suenan mal). Por una vez, la cosa no termina con un yogurazo.

Todo es mentira

El auténtico gastroporno también se puede usar para transmitir información. A modo periodístico, vaya. La productora de vídeos online Kornhaberbrown lo demostró con Porn Sex vs. Real Sex, en el que se contaban las diferencias entre el sexo pornográfico y el sexo real con la ayuda de frutas, verduras, una tostadora, una tetera y hasta botellas de espumoso. Cualquier ayuda es buena para explicarle a la gente que lo que aparece en la pantalla no tiene demasiada relación con lo que te ofrece la vida real (por suerte). Aviso: es divertido, ligero y educativo, pero posiblemente no volváis a mirar la Nutella con los mismos ojos después de verlo.

Lo que come James Deen

James Deen es uno de los actores punteros del porno actual. Pareja de Stoya -otra actriz de referencia, que además es feminista, tiene una columna en Vice y hace virguerías en el trapecio– y tragaldabas de pro, decidió convertir su afición al ñampa-zampa en James Deen Loves Food, unos cutreprogramas rodados en la cocina de su casa en los que prepara recetas bastante gorrináceas. Como nosotros de porno no sabemos nada –aún no tenemos 18 años y no podemos mentirle al ordenador cuando nos pregunta la edad–, hemos preguntado a Erika Lust, directora y productora de cine adulto, su opinión sobre estos vídeos.

"No son grandes piezas desde un punto de vista audiovisual, eso está claro, pero él me cae simpático y eso las hace digeribles. Los platos que eligen son lo que te puedes esperar de los norteamericanos: burritos y demás". Respecto a su trabajo fuera de la cocina, Erika asegura que le encantaría rodar una película con Deen y Stoya, y que están negociando una futura colaboración. "Son quizas la pareja it del porno. Por primera vez hay una generacion de performers con cabeza que tienen algo que decir, y eso como productora y directora me gusta mucho". Desde luego las videorecetas de Deen poseen algo que no suele abundar en el mundo X: sentido del humor.

Lo que come Ron Jeremy

Ya sabíamos que al mítico Ron le tiraba el alpiste cuando supimos que le había puesto su nombre a un ídem, pero su afición por la comida solo se podía intuir por la curvita (ejem) de la felicidad que luce. Tras una investigación muy profunda en forma de búsqueda en Google, hemos descubierto que también ha hecho una incursión en el mundo gastronómico produciendo la película The Flying Pink Pig. En ella recrea su visión de la vida diaria trabajando en un camión-restaurante, que seguro que es igualita a la realidad: lo mismo te preparan un bocadillo de panceta que se arrancan con una doble penetración. El camión que utiliza en la película copia al detalle el food truckde comida asiáticomexicanaFlying Pig de Los Ángeles, que posteriormente acusó a Jeremy de haber mentido respecto a la naturaleza de la película que se iba a rodar: la productora les había dicho que iba a ser "romántica". Suponemos que fue bien en ventas, porque tiene hasta una secuela.

Ron j
Ron j

¿Tú también quieres hacer 'food porn'?

Posiblemente el más inquietante de todos estos vídeos esta promoción del segundo concurso de food porn del show mañanero de Playboy TV, en el que piden a los espectadores que manden sus vídeos. No solo porque las combinaciones que proponen las playmates en su demostración sean vomitivas –¿qué le pasa en la piel a ese pollo?–, ni porque hagan eso tan natural de cocinar con el delantal y los tacones y nada más, sino porque la imaginación (enfermiza) de la gente no conoce límites. Vivíamos más felices antes de ver a dos muñequitos hechos con marshmallows zumbando o la eyaculación de una monodosis de crema de leche.

Documentación: Mònica Escudero.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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