_
_
_
_
_

Ensalada tibia de cuscús con verduras y queso

Se toma del tiempo / LAURA BATALLA
Se toma del tiempo / LAURA BATALLA

Con el tiempo, descubrí que otra ensalada tibia era posible. Las que sustituía las hojas verdes por otros vegetales más carnosos –especialmente siendo éstos los cocinados– o la que mezcla ciertos tipos de pescado o marisco con legumbres y vegetales crudos, que me parecen un diez. Entre las primeras, una de mis favoritas es la ensalada de cuscús con verduras asadas.

Si pudiera llevarme un solo alimento a una isla desierta seguramente sería el cuscús: por su versatilidad –seguro que con tres raíces y dos huevos de tucán está bueno–, porque es facilísimo de cocinar (agua, un coco, un par de horas al sol tropical, y listo) y porque me chifla. Mientras espero esa oferta para hacer de cuidadora del paraíso, lo preparo en versión ligera, con el extra de sabor que supone hidratarlo con caldo de verduras (si tiene que ser de pastilla, os recomiendo los de las tiendas de dietética, se nota mucho la diferencia).

Si caes en este post cuando la temporada de las verduras que se incluyen está ocurriendo al otro lado del mundo, no te preocupes. Con calabaza y setas en los meses fríos –un poco de miel en la vinagreta le hará ganar enteros–, con guisantes y espárragos en primavera, o con berenjena, tomate asado, habitas... casi cualquier cosa puede formar parte de este plato, que sirve igual para llevárselo a la playa en un táper este mismo mediodía que a la oficina en invierno (en invierno, si el cuerpo lo pide, podéis calentarlo un pelín antes de comer).

Otra de las cosas que me encanta de este plato es el queso marcado a la plancha. He usado un genérico porque se pueden usar muchos tipos diferentes, siempre que se haga realmente solo unos segundos por cada lado a fuego muy fuerte y se usen quesos preparados para ello, como el halloumi o el provolone, u otros que tengan una barrera natural de contención, como el brie que se sirve para picotear –pequeño y redondo– o el amado y denostado a partes iguales rulo de cabra, que en pequeñas cantidades y sin ponerle kilos de chorretones de azúcar mezclado con vinagre no es el primero en la línea de sucesión de Satanás, como se comentaba por aquí el otro día, sino un ingrediente la mar de digno.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 240 g de cuscús en seco
  • Caldo de verduras (lo que indique el fabricante)
  • 2 pimientos rojos
  • 2 cebollas medianas
  • Un calabacín
  • 150 g de queso halloumi, provolone, o brie (en tamaño snack)
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta
  • Tomillo fresco (o hierbas aromáticas al gusto)

Instrucciones

1.
Hidratar el cuscús con el caldo hirviendo, siguiendo las instrucciones del fabricante pero intentando no añadir mucha grasa al final. Separar bien los granos con un tenedor y reservar.
2.
Cortar los pimientos, el calabacín y la cebolla pelada en dados grandes (de unos dos centímetros de ancho) y untar con un poco de aceite de oliva, dándoles unas vueltas con las manos para que se impregnen bien por todas partes.
3.
Hacer las verduras en la plancha o en una sartén (en este caso, si se tapan se harán antes) hasta que estén asadas, pero no deshechas –para mí, los vegetales un poco al dente siempre están mejor que demasiado hechos– y dejar que se templen.
4.
Hacer una vinagreta el limón, un poco de sal, pimenta, el aceite de oliva y unas hojas de tomillo fresco o las hierbas aromáticas que se prefiera. Mezclar las verduras con el cuscús y la vinagreta.
5.
Cortar trocitos de queso, marcarlos un segundo en la plancha o sartén a fuego muy fuerte. Poner sobre el cuscús y a disfrutar.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_