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Receta invitada: oliaigua

Sencillo, simple y delicioso / MIREIA RODRÍGUEZ
Sencillo, simple y delicioso / MIREIA RODRÍGUEZ

La receta invitada de hoy viene de Menorca y nos la mandó María Cardona, una menorquina de pro que se dedica al márketing digital. Se llama 'oliagua' –en la isla lo pronuncian "oliaigu"– y podría ser una especie de primo lejano y pasado por el fuego del gazpacho. Recordad que vosotros también podéis mandar vuestras recetas a recetascomidista(arroba)gmail.com, y nosotros las prepararemos, fotografiaremos y publicaremos para que podáis presumir de talento cocinillas delante de vuestros amigos (y todavía más, de vuestros enemigos).

María cuenta que "esta receta era típica antiguamente –y lo sigue siendo en casi todas las casas, diría yo- y que era una receta 'de pobres', es decir, de payeses que intentaban sacar el máximo jugo de sus tomates y otras hortalizas que les daba el campo". Por ahí anda su similitud con el gazpacho: pocos y humildes ingredientes y un estupendo sabor, aunque el oiaigua se sirve bastante más caliente que su pariente sureño.

Para acompañarlo se suelen usar brevas –que yo fui incapaz de encontrar porque ya se ha terminado la efímera temporada– y trozos de pan de víspera. María cuenta que "en casi todas las panaderías de Menorca venden bolsas de 'sopas', que son rodajas de pan duro bastante finas. Lo mejor es que la calidad del pan sea muy buena y que esté bastante seco, para sumergirlo en la sopa y comerlo blandurrio o más duro (según gustos)". Yo, que desgraciadamente no estoy en Menorca, ni siquiera cerca, usé unas rebanadas de pan de payés que rondaban mi panera desde el pleistoceno –vale, igual solo hace una semana– y el resultado fue espectacular.

Aunque al principio no las tenía todas conmigo –una sopa tibia sin caldo, una especie de gazpacho tibio, una sopa sin ácido, ¡ay!– pero fue meterle la cuchara y se me quitaron las pamplinas de golpe. Es posible que sin un poco de alegría con el picante no me hiciera tanta gracia, pero siendo generoso con éste la combinación de las verduras confitadas, la pimienta y la guindilla, el aceite con sabor a tomate, el pan ablandándose pero aún un poco crujiente es para ponerse a aplaudir con las orejas. Cosa rara en mi casa, sobró un plato, y cuando nos lo comimos al día siguiente estaba todavía más bueno, como pasa con los guisos, así que no descartéis preparar un poco más para dejarlo reposar y solucionar dos comidas de un tiro.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 k de tomates de pera maduros
  • 2 cebollas
  • 2 pimientos verdes
  • 2 dientes de ajo
  • Agua
  • Sal
  • Perejil
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta negra (pebre bó)
  • Guindilla (opcional)
  • Sopas (pan duro)
  • Brevas (opcional para acompañar)

Instrucciones

1.
Cortar los tomates en cuatro trozos y quitarles las semillas (si se quiere, María asegura que ella no lo hace, yo tampoco lo hice y estaba buenísimo con ellas).
2.
Cortar las cebollas y los pimientos verdes en juliana y pelar los dientes de ajo.
3.
Poner todo en una cazuela (lo típico es usar las cazuelas de barro), en frío, con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y sal y el 'pebre bó' (pimienta negra).Cocer a fuego lento hasta que se confite, la cebolla esté transparente y el tomate haya sacado su jugo. Añadir una guindilla si se quiere el toque picante.
4.
Añadir cinco platos hondos de agua (uno por comensal y uno para la cazuela).Rectificar de sal y pimienta, y seguir a fuego lento, removiendo, muy atentos de que no hierva. Esto es imprescindible, que no hierva, sino se corta la sopa. Añadir alguna hoja de perejil.
5.
Apagar el fuego y dejar reposar durante unos 10 minutos. Lo mejor es servirlo templado, en un plato hondo, con el pan duro (sopes) a un lado y las brevas (opcional). Debe quedar una sopa bastante transparente, y fina, con los trozos de verdura mezclados.

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