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Mar y montaña de pollo con cigalas y butifarra

Platos locales, manteles globales / EL COMIDISTA
Platos locales, manteles globales / EL COMIDISTA

Las recetas de mar y montaña son bastante habituales en el recetario catalán tradicional: platos como los pies de cerdo con langostinos y setas, las albóndigas con sepia o este mismo pollo –todos ellos con unas salsas obscenas, de esas que invitan a mojar pan y chuperretearse los dedos– se ven a menudo en días de celebración en las mesas abueliles.

En la mesa de mi abuela Antonia había dos especialidades incontestables del mar i muntanya: unas albóndigas con sepia que todavía puedo oler si me concentro y cierro los ojos –cuya receta apareció en mi libro A vueltas con la tartera, porque son perfectas para llevar en el táper– y este pollo con cigalas y butifarra. La clave de este plato es una salsa sabrosa, espesa y llena de sabor gracias a la picada y el caldo de pescado concentrado durante la cocción.

Mi abuela usaba un pollo entero troceado, pero ya sabéis que por aquí no somos muy fans de la pechuga en las cocciones largas, así que cuando empecé a hacerla yo misma me limité a a usar contramuslo, que me parece de lejos la pieza más adecuada de esta ave para estofados y similares. Puede parecer que un contramuslo por persona es una ración un poco roñica, pero como también lleva butifarra, cigalas y pide mojar cantidades ingentes de pan en él, suele ser suficiente. Si vuestros comensales engullen como pavos, podéis aumentar la ración a dos.

Con la misma receta podéis hacer manitas de cerdo con langostinos –hay que usar manitas ya hervidas, claro–, otra de las maravillas de la cocina ampurdanesa de la que me podría comer varias ollas sin respirar. El chocolate puede parecer un añadido extraño, pero le da un sabor y una textura especial a la salsa, una especie de punto ahumado tremendamente intresante.

Dificultad: Es cocina de abuela, y las abuelas no tienen prisa, así que te va a tocar currar algo y tomarte tu tiempo.

Ingredientes

Para 6 personas

  • 6 contramuslos de pollo de corral con piel (o 4 muslos enteros)
  • 2 butifarras
  • 12 cigalas
  • 2 cebollas
  • 3 tomates de pera (pueden ser de lata)
  • 2 pastillas de chocolate 70% cacao
  • 12 almendras
  • 12 avellanas
  • 1 galleta tipo María
  • 1 ñora (o 1 pimiento choricero, u una cucharadita de su pasta)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 500 ml de caldo de pescado
  • 1 vaso de vino blanco seco o vermut
  • 3 dientes de ajo
  • Un buen manojo de perejil
  • Sal
  • Pimienta

Instrucciones

1.
En una cazuela ancha y no demasiado profunda con un fondo de aceite, saltear las cigalas ligeramente, y después dorar la butifarra en trozos y el pollo salpimentado. Reservar ambos.
2.
En el mismo aceite, dorar a fuego bajo tirando a medio la cebolla pelada y cortada en láminas finas. Cuando tenga color, añadir el tomate sin piel rallado o cortado pequeño, y dejar que compote.
3.
Mientras, hacer una picada en el mortero con un poco de sal, el ajo, las hojas del perejil, los frutos secos, la galleta y la carne de la ñora previamente remojada y separada de la piel y las semillas. Devolver el pollo y la butifarra a la cazuela, añadir el vino y, cuando esté bien caliente, flambearlo.
4.
Añadir el caldo, el chocolate y la picada, remover bien y dejar cocer a fuego lento unos 45 minutos, o hasta que consigamos una salsa espesa y huela tremendamente bien. Casi al final, añadir las cigalas. Al emplatar se puede dorar el pollo por la parte de la piel en una sartén a fuego fuerte durante un minuto.

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