Burrata rellena
Cambiar el relleno natural de la burrata –llamado 'stracciatella', como el helado– por otro dulce o salado permite conseguir un plato sorprendente en sabor y presentación.
Lo que os voy a contar a continuación tuvo lugar en ese momento maravilloso y dolorosamente lejano al que llamamos 'vacaciones'. Concretamente cerca de Olot, cerca de los Pirineos, con la cabeza en prados verdes como los del Reino Unido y el paladar todavía rememorando el impresionante fuet que nos habíamos apretado en el desayuno. En un día de lluvia que nos hizo cancelar las excursiones y cualquier plan al aire libre, volvimos al hotel, encendimos la tele y nos encontramos a Ángel León –conocido, entre otras cosas, por su restaurante Aponiente–, rellenando una burrata de una crema de erizos. Ahí es ná.
El caso es que no pude dejar de hacerle ojitos a una preparación así, que mezcla mi queso favorito (y mira que es difícil decantarse por uno solo) con un relleno que puede cambiar tanto como la imaginación te permita. Solo necesitas una base cremosa y el resto vendrá solo. Eso sí, es importante no pasarse con la temperatura del agua al fundir la burrata: siempre debe estar en torno a 70-75 °C. Si tienes eso bajo control, estás listo para servir algo que dejará ojiplático a todo aquel que se ponga por delante.
Dificultad: Hombre, se las trae un poco. Lo importante es tener cuidado con la temperatura del agua y la burrata.
Ingredientes
Para 2 personas
- 250 g de burrata
- 200 g de mascarpone
- 60 g de chocolate para fundir
- 1 puñado de frutos secos variados sin salar
- 1 cucharada de ralladura de limón
- 2 higos
Instrucciones
¿Has intentado hacer esta receta u otras de El Comidista, y no te han salido bien? Quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com