Hummus de remolacha con hierbabuena
¿Buscas un entrante sano, fresco, rico y muy fácil de hacer? Pues aquí lo tienes, 100% libre de animalitos y listo para que te lo comas a cubos. Y encima es de color rosa, que siempre es un plus.
Dudo que haya cosa más rica y más fácil de hacer que el hummus. No me extraña que en Oriente Próximo anden a la greña sobre su paternidad desde tiempos inmemoriales: el que lo inventó me da tanta envidia cochina por su talento como los guionistas de Unbreakeable Kimmy Schmidt, Martin Amis o las mujeres capaces de ponerse el delineador a la primera y sin decir palabrotas.
Ya sé que un sesudo lingüista se remueve en su tumba –y varios vivos dejan comentarios al respecto– cada vez que llamamos 'hummus' a un untable o paté hecho con legumbres. Que la raíz etimológica del nombre sea 'garbanzos' nos da, en el caso de hoy, pleno derecho a llamarlo así, ya que la base de esta crema siguen siendo estas deliciosas leguminosas.
La remolacha aporta frescura –potenciada por la hierbabuena– y sabor al plato y consigue que su textura sea mucho más sedosa que la del hummus tradicional. No os paséis con el procesado: al hummus de verdad se le notan pequeños trocitos de garbanzo, para que no sea del todo homogéneo y no quede achicletado (un defecto que tiene cuando te pasas de batidora).
Podéis hacer un aceite de hierbabuena, o simplemente sumarla al resto de los ingredientes en la batidora para integrarla en la receta, pero en este caso el color es un extra importante y yo no renunciaría a él por ahorrarme un paso. La belleza de los pedacitos de hoja verde sobre el rosa del hummus compensa con creces el esfuerzo de usar el cuchillo medio minuto (o menos).
Dificultad
Cualquiera podría hacerlo hasta por error.
Ingredientes
Para 4 personas
- 400 g de garbanzos cocidos
- Tahini al gusto (yo usé dos cucharadas rasas)
- Zumo de lima al gusto (yo puse unas 5 cucharadas, pero me gusta alegre)
- Ajo al gusto (yo le puse un diente)
- Aceite de oliva virgen extra al gusto (en mi caso, 4 cucharadas)
- Una remolacha cocida (unos 200 g)
- Hojas de hierbabuena frescas
- Sal (si es necesario)
- Crudités, regañás o picos para acompañar
Preparación
- Poner el limón, el tahini o sésamo, el aceite y el ajo pelado y sin germen en un recipiente para batidora, vaso mezclador o procesador de alimentos. Trabajar hasta que el ajo se haya deshecho completamente.
- Añadir la remolacha y los garbanzos, y procesar hasta conseguir una pasta no demasiado fina. Comprobar el punto de sal y rectificar si es necesario.
- Servir con hierbabuena picada, un chorro de aceite y el acompañamiento deseado.
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