Sartén de guisantes, trigueros y champiñones
La temporada en la que coinciden los guisantes y los trigueros es tan efímera como satisfactoria, así que cualquier excusa para juntarlos en un plato es buena (más si los Portobello se apuntan a la fiesta).
Pelar guisantes, esa actividad que divide a la humanidad como la tortilla de patatas con o sin cebolla. Hay quien la considera tediosa y sin sentido –buenas noticias para ellos, en muchas verdulerías se pueden comprar guisantes frescos ya pelados– y los que, entre los que me incluyo, entramos en trance con este proceso, como si estuviéramos recitando mantras tibetanos y dándole candela al mortero ese raro.
El caso es que los guisantes frescos son la pera limonera, los trigueros también y combinados con champiñones –que han pasado a ser una seta de cultivo que se consume todo el año– están todavía mejor. La frescura de los primeros se viene arriba con el sabor a sotobosque de los segundos, y sus texturas también combinan a la perfección: no hace falta mucho más para conseguir un plato campeón.
Preparé esta receta con ajo negro principalmente porque había un invitado al que el ajo normal no le sienta demasiado bien, pero su toque a regaliz resultó irle muy bien al plato. La mantequilla también aportó una untuosidad que el aceite no le hubiera dado, pero seguro que con ajo normal y un buen AOVE también está buenísimo. Si queréis un plato completo, ponedle encima unos huevos o una burrata y a disfrutar.
Si los guisantes que usáis son muy finos –los de final de temporada suelen ser un poco más canicas, desgraciadamente– podéis saltaros el paso del vapor o el hervido: simplemente con ponerlos en la sartén, añadir un poco de agua y taparla un par de minutos a fuego alegre los tendréis listos. Este consejo funciona estupendamente también para conseguir judías verdes y coles de Bruselas al dente en cualquier salteado.
Dificultad
Si tienes que pelar los guisantes, es un pelín laborioso (sobre todo si no te gusta hacerlo).
Ingredientes
Para 4 personas
- 500 g de guisantes pelados (idealmente, frescos)
- Un manojo de espárragos trigueros
- 300 g de champiñones Portobello
- 3 dientes de ajo negro (o la mitad de ajo normal)
- 60 g de mantequilla
- Un chorrito de aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
Preparación
- Hervir los guisantes en agua salada durante 4 minutos o hacerlos al vapor 6. Parar la cocción con abundante agua con hielo.
- Pelar y picar el ajo, y dorarlo con la mantequilla y un punto de aceite de oliva (para que no se queme). Añadir los champiñones a cuartos primero y los espárragos partidos en tres o cuatro trozos un par de minutos después, dejando el cuarto de abajo para otras preparaciones.
- Cuando estén salteados –no chuchurríos, los espárragos tienen que seguir crujiendo– añadir los guisantes y dar vueltas un par de minutos más. Salpimentar y servir caliente.
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