Las recetas más ligeras de El Comidista

Leche de coco en vez de nata, un poco de chile, jengibre fresco, comino y lima. Es súperligera porque no lleva ni patata ni cremaza.

Una receta que se hace casi sola y dignifica el pescado al vapor como un manjar de primera, gracias a la ayuda de las hierbas aromáticas y las hortalizas.

Esta receta ultraligera, hipocalórica y tirando a exótica funciona sin problemas como entrante o como guarnición de un pescado.

El gusto de la calabaza asada es un poco más intenso, caramelizado o incluso tostado, por lo que la sopa no es (para nada) sosonga. 

Apenas lleva grasaza, no tiene ingredientes animales y abunda en verdura poco cocinada. Sin duda, una alternativa muy colorista al cuscús convencional.

Es fresca, nada sosa y bastante ligera gracias al punto de acidez del yogur y a la ausencia (una vez más) de la nataza. 

Lo mejor de la huerta y lo mejor del mar se unen para ofrecer un aperitivo, primer plato o cena. Más ligero, imposible. 

El secreto para triunfar con esta lasaña consiste en usar espinacas frescas, soltarse con las pasas y, sobre todo, que la bechamel sea ligerita.

Con buena materia prima, menos es más. Caballas, aceite de oliva, cebolletas, un limón, un poco de mezcla de pimientas y sal. No has probado algo igual. 

El saborcillo entre tostado y ligeramente amargo que le da el café, saca de la vulgaridad a la ternera más sosa y hormonada.