Champiñones rellenos gratinados
Enciende el horno y date el gustazo de preparar unas setas rellenas sin rebozado ni fritanga, pero igualmente crujientes y con un reconfortante sabor a otoño. El aroma que dejan en toda la casa viene de regalo.
La combinación de champiñones Portobello y queso gorgonzola es una de mis pasiones más desatadas (y, sin embargo, confesable). El saborcillo a sotobosque y tierra húmeda de las setas combina perfectamente, a mi parecer, con el punto picante e intenso de la gorgonzola, y su textura como de esponja le va que ni pintada a la fundente y cremosa del queso.
Puedo demostrar esta simbiosis alimentaria con un experimento tan sencillo como sabroso: coge un Portobello fresco, quítale el pedúnculo, pon en el hueco un poco de gorgonzola a temperatura ambiente –si estás en Siberia, mejor dale un poco de calorcito– y cómetelo. Sí, tal cual. A mordiscos.
A partir de ahí la relación entre el hongo y el queso puede ser tan sencilla o complicada como queráis, y venir en forma de ensalada, plato de pasta, quiche, coca o, como en este caso, un relleno gratinado. Uso champiñón Portobello porque tiene más sabor que el normal, pero si tenéis el blanco más a mano tampoco creo que vaya a ser un drama.
La calabaza y la cebolla aportan melosidad, la avellana le da al conjunto un contraste al mordisco muy interesante, el pan rallado también le pone crujido al gratinarse y el cebollino le da un punto fresco que lo remata todo. El champiñón horneado entero queda carnoso, jugoso y brutal, nada que envidiar a la versión rebozada, y es mucho más sencillo –y menos guarreras– de preparar.
Dificultad
Para calabazas (con horno).
Ingredientes
Para 4 personas
- 20 champiñones Portobello (o normales, si no encuentras) grandes
- 250 g de calabaza –violín o cualquiera que sirva para guisar y no para cabello de ángel– sin piel
- 1 cebolla grande
- 150 g de gorgonzola
- 2 cucharadas de pan rallado o panko
- 50 g de avellanas tostadas
- Unos 10 tallos de cebollino
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
Preparación
- Limpiar los champiñones con un paño húmedo o un pincel, intentando eliminar toda la tierra que tengan. Quitarles los tallos con cuidado.
- Picar la calabaza, la cebolla y los tallos de los champiñones limpios en daditos pequeños. Salpimentar y dorarlos en una sartén con un poco de aceite, a fuego medio, hasta que tengan color y huelan bien (unos 10 minutos). Casi al final, añadir las avellanas troceadas sin demasiado cuidado.
- Rellenar los champiñones con la farsa de cebolla y calabaza, poner encima un trocito de gorgonzola –será más fácil si está a temperatura ambiente– y rematar con un poco de pan rallado o panko.
- Llevar al horno caliente a 200 grados con calor arriba y abajo durante unos 15-20 minutos, o hasta que la parte de arriba se vea dorada y crujiente. Espolvorear con cebollino picado y servir inmediatamente.
¿Has intentado hacer esta receta u otras de El Comidista, y no te han salido bien? Quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
Sigue leyendo
Comentar Normas
Lo más visto en El Comidista
- Repostería para principiantes: receta fácil de tarta de fresas y crema
- VídeoMacarrones gratinados con boloñesa: una receta lujuriosa
- VídeoCinco sandwiches de lujo que se hacen en un pispás
- Menú semanal de El Comidista (23 a 29 de mayo)
- Bollycaos de ayer y hoy: ¿era peor la bollería industrial en nuestra infancia?
- La vajilla Arcopal, el tesoro que las abuelas tenían sin saberlo
- Cómo cocinar berenjenas: cuándo quitar el amargor y seis formas de prepararlas
- La victoria a medias de la caballa: barata, de moda y con futuro incierto
- Diez platos de temporada que solo puedes hacer ahora
- Alimentos "para bebés”: justo lo que no se debe dar a un niño