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Noname Bar: fusión japonesa buena, moderna y barata

En este restaurante cuidan tanto la imagen como la comida. Bordan la cocina de fusión de inspiración japonesa y es apto para todos los bolsillos.

Pizza parece, tataki es.
Pizza parece, tataki es.NONAME BAR

¿Un bar sin nombre? Esto pinta muy moderni.

Noname Bar tiene pinta de moderni y, efectivamente, es moderni. Sirven comida japonesa de fusión, tiene una cabina de dj, puedes acompañar la comida con cóteles, la luz es ténue y está lleno de guapas y guapos. Vamos, que tiene todos los ingredientes para que yo no entre pero…

…pero eres un guays y no te habías dado cuenta hasta ahora.

Quizá sea un guays pero eso no quita para que en este restaurante se lo curren. La verdad es que me convenció e incluso no descarto volver.

Un guays y un esnob.

Quizá, quizá. Pero la comida estaba de muerte y a un precio más que ajustado. Cosa que es de agradecer. Los tres socios que hay detrás sacaron la idea de sus correrías por Miami, donde parece que abundan restaurantes por el estilo, con grandes raciones para compartir a precio ajustado.

No sé. ¿Qué comiste?

Empecé por lo que ellos han venido a bautizar como Tuna Pizza, esto es: una masa muy fina y crujiente cubierta con tataki de atún, vinagreta de soja y sésamo y puntitos de allioli. Ellos lo venden como pizza y yo lo compro como una demostración de que el tataki digno existe (otro muy buen tataki en Madrid lo preparan en Navaja). Después del uso y abuso de este plato, es de agradecer que alguien se rompa los cascos para presentarlo de una forma diferente.

La ensalada de la casa.
La ensalada de la casa.NONAME BAR

Comí también la ensalada de la casa –No Na Me Salad–, compuesta de alga wakame, palitos de cangrejo, salmón, polvos de kimchi, huevas de pescado y una cosa que se llama black kanuk que no tengo ni idea de qué es, ya lo siento.

Un momento, ¿palitos de cangrejo?

Aunque no abuso de ellos –reconozco que son una guarrerida–, me chiflan mezclados con mayonesa –en pintxos– o como en este caso, con las algas, el salmón y todo lo demás. Es una ensalada muy refrescante y bastante contundente. Está claro que prefiero la carne de cangrejo real, pero no me la puedo permitir tan a menudo como me gustaría. ¿Sigo?

Sigue.

Después de la ensalada cayeron unos pork nuggets con curry verde que, más que nuggets me recordaron a una croqueta muy fluida. Los elaboran con oreja y morro de cerdo y los sirven con sriracha. En mi libreta de notas apunté un comentario muy técnico: ‘se les va la olla’. Pues eso, buenísimos.

Niguiris de arroz 'socarrat' y atún picante
Niguiris de arroz 'socarrat' y atún picanteNONAME BAR

Cayeron también unos niguiris de arroz pegado con atún picante. Me declaro fan de usar el arroz socarrat como base de preparaciones –habitual en la cocina latinoamericana– y también de estos niguiris.

La cosa salada terminó con una minihamburguesa ‘wayega’ es decir, con mezcla a partes iguales de carne de ternera gallega y de wagyu. La acompañan de mayonesa de wasabi y cebolla caramelizada y es un hit hamburguesil.

Medio gallega, medio Wagyu
Medio gallega, medio WagyuNONAME BAR

¿Y la cosa dulce?

Elegí acabar con un tiramisú de té matcha, una maravilla.

Bueno, la verdad es que la cosa parece original. ¿Qué tal andan de vinos?

No me pareció que fuera su fuerte y me incliné por la cerveza.

Y de precio, ¿cómo está? ¿Eh?

Me parece una de las mejores relaciones calidad-precio con las que me he topado últimamente. 30 euros por barba, ni más ni menos.

O sea, que no es tan de guays…

No tanto. Y antes de que alguien señale mis contradicciones: aquí no hacen piña con cosas.

Noname Bar. Calle Alberto Aguilera, 5. Madrid. Tel. 670 088 427. Mapa.

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