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Il birrino: cocina italiana y cerveza artesana

En este pequeño restaurante de Barcelona proponen un combo imbatible: auténtica cocina italiana de mercado y buenas cervezas.

Una putanesca meravigliosa
Una putanesca meravigliosaJORDI LUQUE

¡Anatema! Pero si tú pusiste a caldo las cervezas artesanas.

No. Yo puse a caldo la locura por la cerveza artesana pero no a la bebida en sí, que me encanta.

Es lo mismo.

No, no es lo mismo. Y, además, ¿esta discusión qué tiene que ver con Il Birrino?

Bueno, ahí estamos de acuerdo, que no paguen justos por tus pecados.

Eso, eso… Emanuele de Angelis, cocinero y propietario de Il Birrino, nada tiene que ver con aquella polémica. Es, de hecho, un forofo de la cerveza artesana y antes de abrir su restaurante trabajaba en la cocina del bar de Mikkeller de Barcelona.

¿Y sirve cocina italiana?

Tiene sentido: él es italiano. Es tan italiano que cada día prepara la pasta que sirve para comer y cenar. Y ese mismo espíritu lo aplica al resto de las cosas: él va a comprar al mercado los ingredientes de sus platos cada día, él ha reformado el local con piezas de decoración recicladas y él se encarga de cocinar y servir las mesas al mediodía.

Caramba, qué tipo más completo.

Completo como su oferta cervecera –tiene cuatro grifos–. En las dos ocasiones que he comido ahí he bebido una Garage IPA de Garage Beer, una doble IPA de Free Lion’s –la Big Zombie–, una Imperial Stout de cuyo nombre, literalmente, no puedo acordarme…

Saliste tocado ese día, ¿no?

Un poco. Es que las anteriores cayeron todas durante la primera ocasión. El segundo día solo bebí otra IPA –esta de Northern Monk– y una Bitter de la cervecería Elav que me encantó: Punks do it Bitter.

Espero que también comieras…

Comí, comí. Il Birrino tiene una carta bastante variable, así que no puedo asegurar que los platos que comí vayan a estar disponibles, pero ahí va.

Está riquísima su porchetta. Crujiente por fuera, melosa por dentro. Como debe ser, vamos.

En la primera ocasión me entusiasmaron los ravioloni rellenos de setas y jamón y en el segundo asalto me chiflaron los espaguetis con salsa putanesca. La pasta casera marca la diferencia, pero no es el único detalle que eleva estos platos: son jugosos, untuosos y acompañados de unas salsas caseras y elaboradas con ingredientes frescos. Pocas veces he comido pasta tan rica en Barcelona, si acaso en Piccola Cucina Italiana, otro sitio bastante peculiar.

Bueno, ¡qué festival de carbohidrato!

Espera que no he terminado. El primer día también aluciné con la polenta con chipirones en su tinta. Eran unos chipironcitos buenísimos, muy frescos. Un plato que con muy pocos ingredientes, pero de gran calidad, que resultaba en platazo. También me gustó muchísimo el conejo –tiernísimo– al vino blanco con aceitunas, queso piave y butifarra.

Conejo al vino blanco, tiernísimo
Conejo al vino blanco, tiernísimoJORDI LUQUE

Madre mía, ¿llamamos al 112?

No hace falta. Sobreviví. Y salí más feliz de lo que entré.

¿Pagaste o tiraste de ser plumilla gastronómico?

Ja, ja. Muy gracioso. La primera vez, pagué. Pagué unos 40 euros porque me di un homenaje bastante poco razonable. Pero se puede comer por mucho menos dinero e incluso tirar de su oferta más sencilla: tablas de embutidos, piadinas… esas cosas.

Pues suena bien.

Y sabe mejor.

Il birrino. Calle Ali Bei, 123. Barcelona. Tel. 686 690 988. Mapa.

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