Morcilla de verano
Morcilla sin pizca de carne..

Morcilla de verano

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La falsa morcilla sin carne es un aperitivo murciano para los meses de calor sin nada que envidiar a su prima cerdícola. Con un buen pan y algo rico para beber, ¿quién necesita la versión de invierno?

Confieso que la primera vez que oí hablar de la morcilla de verano me vino a la cabeza una morcilla en bikini tomándose un daiquiri al lado de una piscina, y me pareció una imagen bastante divertida. Pero la realidad, un plato típico de Murcia, sencillísimo y tan bueno que podrías fundirte dos barras de pan untando sin darte ni cuenta, consiguió superar a la ficción.

Se trata de un picadillo de berenjena y cebolla en proporciones bastante parecidas, aderezado con sal, pimienta y el orégano que caracteriza las morcillas de la zona. Los piñones le dan un rico sabor tostado y una textura muy agradable al mordisco, consiguiendo un plato con un sabor muy profundo y sorprendente.

Diría que la receta que probé -en un bar al que fui a parar de casualidad y cuyo nombre no recuerdo- lleva bastante más aceite que la que proponemos hoy, y nada de vino blanco (y mi digestión lo notó). Las que he encontrado en internet están divididas: algunas llevan y otras no, pero a mí me gusta más con, porque te ahorras aceitazo y le da un fondo de sabor interesante.

No hace falta mucho más que el pan que comentábamos antes -y una copa de tinto o una cerveza, ya puestos- para disfrutar de este aperitivo. Pero si te sobra puedes darle un montón de buenos usos: en bocadillo con queso fundido es una maravilla, con arroz o quinoa y un huevo a la plancha, delicioso, y también puede servir para acompañar pasta, como guarnición para una crema de verduras o de relleno para unos champiñones. Más versátil, imposible.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 3 berenjenas medianas
  • 2 cebollas grandes
  • 80 g de piñones
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 100 ml de vino blanco
  • Sal
  • Pimienta
  • Orégano

Preparación

  1. Tostar los piñones a fuego medio en una sartén sin aceite, vigilando para que no se quemen.
  2. Pelar la cebolla, cortarla en dados y dorarla en la misma sartén con un fondo de aceite.
  3. Pelar las berenjenas y cortarlas en dados pequeños, añadirlas a la sartén a fuego medio cuando la cebolla empiece a dorarse. Remover de vez en cuando durante cinco minutos.
  4. Añadir el vino, los piñones, orégano al gusto, sal y pimienta. Cocinar unos 15 minutos más, o hasta que esté todo bien pochado: si queda muy seca, se puede poner un poco de agua. Servir con pan o regañás.
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