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Tarta de calabaza, queso y chocolate

Juntamos una cucurbitácea que está en plena temporada con queso cremoso y chocolate para montar una pieza de repostería muy fácil -por muy torpe que seas, puedes hacerla-, otoñal y deliciosa.

El otoño hecho tarta
El otoño hecho tartaMÒNICA ESCUDERO

La calabaza está buena en cremas, estofados, sopas y hasta en postres. “Menuda novedad”, pensaréis algunos, pensando en el viejunísimo cabello de ángel. Pues no, queridos aprendices de Watson, la calabaza que usaremos para la tarta de queso de hoy no es cidra -una variedad también de invierno pero blanca, que se usa para elaborar el dulce en cuestión-, sino la misma que usamos en preparaciones saladas. Podemos optar por cualquiera de las dos más fáciles de encontrar en el mercado: la violín -estrecha y alargada- o la Cucurbita maxima, que no es otra que la calabaza grande que se usa para carvar en Halloween.

Es importante que la calabaza esté asada y no hervida; no solo por el sabor tostadito y profundo que aportará a la tarta, sino también porque así habrá perdido el agua suficiente para que la tarta cuaje en condiciones y no se convierta en un sopicaldo. Si no tienes horno pero quieres prepararla sí o sí (o sí), cuécela o hazla al vapor, córtala bastante pequeña y déjala sobre un colador de malla fina durante una hora, presionando de vez en cuando para ayudar a eliminar el líquido.

Además de darle un extra de sabor, mezclar las dos masas -la chocolateada y la normal- también le dará un agradable contraste de texturas a tu tarta. Si tienes unos nibs de cacao crujientes -trocitos de vaina de cacao tostada-, añádelos y la experiencia será todavía mejor. Puedes hacer lo mismo con unos restos de turrón picados, tu fruto seco favorito o -tirando la casa por la ventana- con unos marron glacé en trozos. Si te gusta la vainilla, también puedes aromatizar la masa con las semillas de media vaina: yo lo hice y estaba buenísima.

Si el momento de mezclar los dos colores te da pánico porque tienes antedecentes de drama decorando pasteles -como yo misma-, usa una manga o simplemente déjalo caer en el centro formando un círculo más o menos regular, y listo. Puede ser que la tarta te parezca poco dulce, prueba un poco del relleno y ajústalo a tu gusto (por aquí no somos demasiado dulceros, en general). Utilizo azúcar moreno o panela porque le da un extra de sabor profundo, como a melaza, no porque sean más saludables que el azúcar.

Ingredientes

Para 8-10 personas

  • 12 galletas tipo Digestive
  • 50 g de mantequilla
  • 1 tarrina -unos 250 g- de queso de untar
  • 250 ml de nata para montar
  • 400 ml leche
  • 600 g de calabaza violín o Cucurbita maxima asada durante unos 45-60 minutos a 180 grados (sin piel ni semillas)
  • 100 g de azúcar moreno o panela (ajustar al gusto)
  • 150 g de chocolate 70% cacao
  • 3 sobres de cuajada
  • Nata, helado o salsa de caramelo salado para decorar (opcional)

Instrucciones

1.
Triturar las galletas junto con 50 g del chocolate, poner en un bol y añadir la mantequilla fundida. Poner en la base de un molde de tarta desmoldable, levantándola un poco en los bordes para que no se salga el relleno. Poner en el congelador una media hora.
2.
Disolver bien los sobres de cuajada en la leche fría. Calentar en una olla la nata, el queso cremoso, la calabaza y el azúcar, triturando con la batidora cuando esté un poco caliente -el queso se fundirá mejor- hasta que la calabaza quede completamente integrada.
3.
Llevar a ebullición, añadir la leche y, sin dejar de remover con unas varillas, llevar de nuevo a ebullición.
4.
Cuando hierva de nuevo, separar aproximadamente 1/3 del relleno y mezclarlo con el chocolate cortado en trozos pequeños, dando unas vueltas hasta que se funda.
5.
Verter el relleno de calabaza en el molde, y cinco minutos después el de chocolate. Puedes ponerlo tal cual, hacer algún adorno usando un palillo, un círculo en medio… el límite está donde llegue tu habilidad.
6.
Dejar enfriar una hora a temperatura ambiente y por lo menos dos en la nevera. Desmoldar y servir, tal cual o con nata, helado o un chorrito de caramelo salado y frutos secos picados.

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