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Arroz integral con brócoli y refrito de ajo y pimentón

Un sencillo aderezo a base de aceite, ajo, especias y un toque de vinagre no solo sirve para rematar un pescado a la plancha o dar una segunda vida a unas judías frías: también funciona muy bien con las coles y el arroz.

Fibonacci haciendo de las suyas
Fibonacci haciendo de las suyasMÒNICA ESCUDERO

Hay un tipo de col que se llama romanesco, cuya característica principal es tener una preciosa estructura en forma de fractal, capaz de dejarte atrapado mirándolo durante horas como un conejo cuando ve las luces largas. Pero no hemos venido a aquí a hablar de psicodelia, sino de comida, y lo que vamos a preparar podrías hacerlo también con un brócoli que no te haga pensar que has confundido el orégano con marihuana.

Prepararemos este brócoli al dente, dorado y fresco sin tener que hervirlo ni usar la vaporera, simplemente con una sartén, una tapa y una evaporación rápida. Para acompañarlo, un poco de arroz integral -puede ser redondo, salvaje, rojo, venere o el que prefieras: solo asegúrate de conocer su tiempo de cocción-, una cebolla que aporte melosidad y un refrito para darle vidilla. Si en lugar de arroz tienes un resto de puré de patata, quinoa, pasta o cuscús, ni se te ocurra tirarlos: todos esos ingredientes -y muchos más- pueden formar parte de este plato con éxito rotundo.

El refrito es un clásico entre los más clásicos, a base de ajo dorado en aceite, pimentón rojo y un toque de vinagre, pero aquí también puedes meter cucharada usando lo que tengas o lo que prefieras. Puedes cambiar el pimentón por curry, tomillo, romero, ras el hanout, orégano o cualquier especia en polvo que te guste. Tienes que asegurarte de que solo se dora unos segundos mientras la remueves, y no se quema: en ese caso amargaría y la receta entera se iría al garete.

Este es uno de esos platos en los que vale la pena utilizar el perejil como ingrediente de pleno derecho, en lugar de ser un mero aderezo o algo para decorar. Una generosa cantidad de hojas de esta aromática, enteras o troceadas, quedan fabulosas en ensalada, platos de pasta, salteados o sopas. Solo hay que ponerlas justo antes de servir el plato para que no se queden blandurrias -como haríamos con el cilantro, la menta o la albahaca- y listo.

Dificultad: No es ni un salteado, por el amor de Dior.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 150 g de arroz integral
  • 1 brócoli mediano (unos 600 g)
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo (o más o menos, al gusto)
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Un chorrito de vinagre de jerez
  • Pimentón ahumado dulce o picante al gusto (yo usé una cucharadita, mitad y mitad)
  • Sal
  • Perejil al gusto

Instrucciones

1.
Hervir el arroz integral en abundante agua caliente con sal durante unos 25 minutos (o lo que indique el fabricante).
2.
Limpiar el brócoli y separarlo en arbolitos pequeños. Pelar el tronco y cortarlo en rodajas de medio centímetro aproximadamente. Ponerlos en una sartén grande a fuego alegre, verter medio vaso de agua y tapar. Esperar dos minutos a que se consuma, remover y repetir la operación.
3.
Añadir dos cucharadas de aceite, la cebolla picada y dar vueltas durante tres minutos.
4.
En un cacito, dorar los ajos laminados en cuatro cucharadas del aceite de oliva a fuego medio. Cuando casi estén listos añadir el pimentón y poco después y fuera del fuego un chorro de vinagre (cuidado con las salpicaduras).
5.
Añadir el arroz ya escurrido a la sartén del brócoli y la cebolla, añadir el refrito, rectificar de sal y dar un par de vueltas para que se mezcle bien. Servir con perejil al gusto por encima.

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