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Carpaccio de langostinos con romesco y chips de alcachofa

La increíble melosidad del marisco crudo compensa el trabajo de aplanarlo entre dos hojas de papel de horno. Unas chips de alcachofa crujientes y un toque de romesco rematan la jugada.

Romesco de mar
Romesco de marMÒNICA ESCUDERO

Los carpaccios de marisco son resultones, deliciosos -su textura melosa es una maravilla- y mucho más sencillos de preparar de lo que pueda parecer. Vale que hay que currárselos un poco, pero nada que no se solucione en unos minutos con la ayuda de un poco de papel de horno y un rodillo (o una botella de vino: de eso seguro que tenéis, que ya nos conocemos).

Para esta receta usé unos langostinos frescos de Sant Carles de la Rápita que me hicieron ojitos en el mercado, pero también podría prepararse con gambas. ¿Puede hacerse con marisco congelado? Si es bueno, sí, pero en ese caso no lo volváis a poner en el congelador: usad el truco del aceite y podréis emplatarlo con facilidad.

Si queréis preparar el romesco en casa -vale la pena, sobre todo si se doblan cantidades, porque dura bastante en la nevera y se le puede poner a casi todo, es una salsa muy versátil- y andáis un poco perdidos, podéis usar esta receta (o adaptarla a vuestro gusto). ¿Que no tenéis romesco a mano? Siempre podéis aromatizar una mayonesa con un poco de carne de pimiento choricero, pimentón, ñora o chipotle: no será lo mismo, pero estará bueno igual.

Si no os va la fritanga pero no queréis renunciar al punto crujiente de las alcachofas, podéis hacer las chips al horno a 180 °C durante unos 20 minutos, pinceladas con aceite. Preparad algunas más, guardadlas en una lata o un tarro hermético y alegrarán vuestros purés de verdura, huevos escalfados o platos de pasta durante unos días.

Dificultad: Es un poco laborioso, pero no difícil.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 800 g de langostinos enteros (o 400 pelados)
  • 100 g de romesco
  • 2 alcachofas
  • Piparras al gusto (opcional)
  • Aceite de oliva
  • Cebollino
  • Sal (yo usé Maldon)
  • Pimienta
  • Tostadas, pan o similar para acompañar

Instrucciones

1.
Si se usan langostinos enteros, pelarlos y dorar las cabezas en una sartén con un poco de aceite. Apretarlas para quitarles el coral, pasarlo por un colador, mezclar con el romesco y reservar.
2.
Quitar las hojas exteriores de las alcachofas y cortar las puntas. Cortarlas muy finas con un cuchillo bien afilado o una mandolina (mucho cuidado con los dedos). Freír en abundante aceite bien caliente hasta que estén doradas y crujientes. Escurrir bien en papel de cocina y reservar.
3.
Quitar el intestino a los langostinos con ayuda de una puntilla. Disponerlos de 100 en 100 gramos entre dos papeles de horno –o láminas de film de cocina– un poco separadas entre sí. Con un rodillo de cocina o similar, aplastarlas hasta que quede una capa fina (tampoco transparente).
4.
Llevar al congelador durante unos minutos para que sea más fácil emplatar (si no se puede o no se quiere, se puede untar el papel con unas gotas de aceite).
5.
Poner los langostinos en un plato, encima unas gotas de romesco, los chips de alcachofa en el centro y rematar con cebollino, sal, pimienta y, si se quiere, las piparras. Servir inmediatamente.

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