Arroz a la cazuela de alcachofas y panceta ibérica
Rendimos el enésimo homenaje a la alcachofa con un arroz a la cazuela. Unas finísimas lonchas de panceta ibérica fundidas logran que se venga aún más arriba.
Hacer el arroz a la cazuela es una buenísima manera de perderle el miedo a las preparaciones con este cereal: es difícil hacerlo mal, queda buenísimo e impone bastante menos que la versión seca. Este de alcachofas no tiene ningún misterio, siempre queda bien -todo lo que lleve alcachofas es una apuesta segura- y tiene el toque lujurioso de la papada ibérica, fundida encima del arroz caliente.
El único truco es que el sofrito esté deshidratado al máximo: si la cebolla sigue teniendo mucha agua, esta acabará en el arroz; tiene que acabar convertida en su mínima expresión y muy, muy seca. Los expertos en la materia que queráis hacerlo seco, usad solo 1,1 l de caldo y cocinadlo en una paella: no tiene más truco. Bueno, sí, hay que usar una bastante grande para que el caldo quede bien evaporado y la base tenga el socarrat que le da sentido al plato.
Si vais a compartir el arroz con vegetarianos podéis poner la panceta directamente en el plato -menos en el del vegetariano, claro- y usar caldo de verdura: si la doráis un poco antes en el horno tendrá un extra de sabor y color. Si lo queréis hacer vegetariano, podéis añadirle unos ajos tiernos y un all i oli de membrillo.
Cuando no haya dilemas con lo de comer animales, os aconsejo un caldo con colágeno para que os deje los labios bien pegajosos: lo conseguiréis usando huesos como la rodilla de ternera o la carcasa del pollo. Poniendo un poco de sepia o unos calamares conseguiremos una versión mar y montaña, una combinación de sabores que podemos potenciar añadiendo al caldo la melsa de estos cefalópodos.
Dificultad
Si ya tienes el caldo hecho, más bien poca.
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 cebollas medianas
- 2 tomates
- 1 diente de ajo
- 320 g de arroz redondo
- 6 alcachofas
- 1,25 l de caldo de verdura, pollo o carne
- 100 g de panceta ibérica cortada muy fina
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- Cebollino
Preparación
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Pelar y picar las cebollas, y sofreír en una cazuela a fuego medio con un chorro de aceite, hasta que se haya deshidratado del todo y esté color marrón claro (es recomendable vigilar y remover a menudo el sofrito).
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Añadir el ajo picado fino cuando las cebollas estén casi listas para que no se queme. Sumar el tomate rallado y cocinar a fuego medio hasta que el sofrito esté marrón y bastante seco.
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Añadir las alcachofas limpias y cortadas en ocho trozos; si tienen tallo, pelarlo y cortarlo en trozos como de un centímetro. Dorarlas durante unos tres minutos. Poner el arroz y darle unas vueltas hasta que esté semitransparente (nacarado), repartir bien por la cazuela y mojar con el caldo, rectificando de sal en ese mismo momento.
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Dejar cocinar sin remover unos 15 minutos, disponer la panceta encima y reposar tres minutos más. Espolvorear con pimienta y cebollino al gusto.
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