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Ragú fácil de costillas

Convertir una pieza de carne en una salsa perfecta para servir con pasta, polenta o arroz es una de las virtudes del ragú italiano. Si quieres hacer una versión sencillísima, prueba esta con costilla de cerdo.

Tartera con pasta, tartera feliz
Tartera con pasta, tartera felizCARLOS ROMÁN

¿Cómo podría hacer una receta más simple, ensuciar un solo cacharro en lugar de varios o tener que vigilar menos durante la cocción? Siempre hay unos mínimos inevitables como una tabla de cortar, dos platos y un vaso, como mínimo. Pero todo tiene solución. Este plato también puede hacerse solo con ingredientes congelados y listos para consumir como cebolla y setas, un poco de caldo de brik, etc. Aunque el resultado que ves es de una receta un poco más trabajada, lo es solo por haber tenido que cortar cebolla, no por una elaboración más complicada.

Si quieres dejarte llevar por el espíritu vagoneta de la preparación original, es tan fácil como ir tirando ingredientes, remover e irte. ¿Qué ingredientes tienes que sustituir? Los siguientes: cebolla congelada cortada por cebolla fresca, setas congeladas por zanahorias y el caldo comprado por uno hecho en casa. Lo que no te recomendaría es cambiar el tomate triturado por salsa de tomate industrial: el resultado será mucho más dulzón, y tampoco será un ahorro sustancial de tiempo. A partir de ahí, tienes por delante una preparación de 2-3 horas en las que solo tendrás que preocuparte de ir a echar un vistazo de vez en cuando. Ah, y un plato excelente para meter en tartera y llevarte al día siguiente al trabajo. ¿Quieres que el esfuerzo te cunda más? Dobla o triplica las cantidades y congela. ¡Magia!

Dificultad: La de esperar mientras se cocina.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 600 g de costillas de cerdo ibérico (separadas en palitos)
  • 2 cebollas dulces
  • 2 zanahorias
  • 600 g de tomate triturado
  • 2 cucharaditas de tomillo
  • Una cucharadita de orégano
  • 150 ml de vino blanco
  • 300 ml de caldo de carne
  • Sal
  • Pimienta

Instrucciones

1.
Calentar una olla amplia, añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra y dorar las costillas por todas partes. Desglasar el fondo con vino blanco y esperar a que se evapore el alcohol.
2.
Agregar las cebollas y las zanahorias, bien picadas, y rehogarlas durante un mínimo de una hora a fuego muy suave. Durante ese tiempo, añadir el caldo de carne poco a poco para que se genere vapor y no se queme el fondo de la olla.
3.
Añadir el tomate triturado, el tomillo, el orégano y un poco de sal (sin pasarse y teniendo en cuenta la que tiene el caldo). En caso de que el tomate no cubra las costillas, añadir medio vaso de agua. Dejar cocer a fuego suave otra hora, hasta que las costillas se despeguen del hueso con facilidad.
4.
Esperar a que el ragú se enfríe, separar la carne del hueso, desmigarla, reservar en tarteras y rectificar de sal y pimienta. A la hora de comerlo, juntar el ragú caliente con la pasta recién cocida y darle un golpe de calor en la olla o el microondas para que la pasta y la salsa se integren bien.

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