'Calçots' al horno
Esta cebolla tierna tiene su origen en el interior de Cataluña, pero por su sabor dulce y su textura se han popularizado también en el resto del país. Si quieres cocinarlos en casa, el horno será tu mejor aliado.
Hacer una calçotada en el campo con amigos, horas por delante para preparar las brasas, porrones de vino, risas y carnaca para acompañar es un plan estupendo para un fin de semana. Pero por suerte o por desgracia -soy de las que se inclinan más por lo segundo- todavía nos quedan cinco días laborales de cada siete en los que tal vez no queremos renunciar a comernos a estos primos de la cebolla tierna.
Como no todos tenemos un prado en el que hacer un fuego vivo un martes o jueves cualquiera -y hacerlo en casa es absoluta y radicalmente desaconsejable- podemos recurrir a un electrodoméstico que nos lo pondrá más fácil a los fanses calçotaires: el horno. Poniéndolo a tope y siguiendo unas normas muy sencillas -no apelotonarlos, básicamente, porque no se cocinan bien- podemos disfrutar de una versión menos ahumada pero bastante satisfactoria de este plato popular.
Normalmente se venden en manojos de 25 o 30, pensados para dos personas; si no te los vas a comer de una sentada con su salsa canónica -de la que desvelamos todos los secretos en este vídeo-, vale la pena prepararlos igual, porque hay muchísimas maneras de darles una sabrosa segunda vida. Se pueden aliñar como si fueran puerros -con salsa tártara o una vinagreta con huevo duro o sardinillas-, prepararlos en tortilla o hacer una crema junto con otras verduras como el calabacín, la calabaza o el boniato.
Para comerlos, a pesar de haberles quitado ya una capa durante la preparación, hay que quitarles otra, que se habrá quedado seca durante la cocción. ¿Hasta dónde se comen? Hasta donde te gusten: a mí me encanta el punto herbáceo de la parte más verde y a otra gente le molesta mucho. Si te queda mucho de ese verde, congélalo para cuando hagas caldo de verduras: le da un toque muy parecido al del puerro, y el asado hace que el sabor sea más profundo.
Dificultad
La de preparar la salsa (si decides hacerla tú).
Ingredientes
Para 2 personas
- Un manojo de calçots (25 o 30)
- 250 g de salsa para calçots, casera o comprada (si es el segundo caso, que sea de calidad)
Preparación
- Calentar el horno a 250 grados y limpiar los calçots, quitando la capa exterior -solo una- y las raíces. Cortar un poco las puntas, solo la parte que esté más seca o de color verde más oscuro.
- Disponer los calçots en una o dos bandejas de horno, sin amontonarlos y sin apretujarlos. Hornear durante 15 minutos, envolverlos bien en papel de periódico y dejar reposar durante 10 minutos más para que el calor residual acabe de cocinarlos. Servir con su salsa y comer con las manos.
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