Tortitas de calabacín con salsa de yogur y tahini
Se preparan en dos patadas y aceptan mil versiones: estas tortitas sacan lo mejor del calabacín gracias a una sencilla técnica que ayuda a deshidratarlo para que no quede blandurrio.
Hay algo en el calabacín que siempre me ha provocado rechazo: esa textura como entre corcho y blandurrio que se le pone al cocinarse me horroriza. Pero un día se me iluminó el camino y aprendí un concepto científico básico: la osmosis. Un poco de sal en este tipo de hortalizas provoca que expulsen el agua de su interior, lo que hace posible comerlas sin que se conviertan en una papilla. Con esto aprendido, se nos abre un mundo nuevo de posibilidades y maravillas.
Para hacer estas tortillas tendremos que aplicar lo explicado previamente: salaremos el calabacín y la cebolla para conseguir unas tortillas crujientes por fuera y jugosas por dentro. Las acompañaremos de hierbas aromáticas, especias y una salsa para mojar. Además son sin gluten por si tenéis que cocinar para celíacos o intolerantes, congelan ideal y se pueden llevar en un tupper al trabajo (o a la playa).
Aunque hoy hemos propuesto la receta más simple, se puede personalizar al gusto con ingredientes que tengamos en la nevera o la alacena. Prueba a añadir queso, tomates deshidratados picados, setas cocinadas o lo que te salga con la vena creativa, siempre que no vaya a soltar mucho líquido al cocinarse y estropee el efecto que hemos conseguido al salar el calabacín. La salsa también admite chiquicientas variaciones: puedes hacer un pesto, salsa de tomate, chutney, mayonesa aligerada con algún cítrico o una “salsa” al estilo mexicano con hortalizas picadas.
Dificultad
Tan fácil como percatarse del pinkwashing de algunas marcas y empresas durante este mes.
Ingredientes
Para unas 7 tortitas
- Un calabacín de unos 220 g
- Una cebolla blanca
- Un chile tailandés verde o al gusto (opcional)
- Un huevo
- 1,5 cucharaditas de comino en grano
- 1 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de pimienta blanca molida
- Unas 14 hojas de menta
- Unos 4 tallos de perejil con sus hojas
- 3 cucharadas colmadas de maicena
- 2 cucharadas del agua que suelten el calabacín y la cebolla
Para la salsa
- 125 g de yogur sin azúcar
- 1 cucharada rasa de tahini
- 2 o 3 cucharadas de zumo de limón (o al gusto)
- Sal al gusto
- Pimienta blanca molida al gusto
- 1 cucharadita de aceite de oliva
- Unas 8 hojas de menta
Preparación
- Picar el calabacín y la cebolla -y el chile, si se quiere- en un robot de cocina o con un rallador. Poner en un colador con una cucharadita de sal, mezclar y dejar reposar 25 minutos.
- Preparar la salsa mezclando todos los ingredientes, con las hojas de menta bien picadas. Aliñar al gusto y refrigerar.
- Colar la verdura con una estameña o un paño de cocina muy limpio para que suelte toda el agua, y reservar dos cucharadas de la misma.
- Mezclar la verdura con las especias, el huevo, la menta, el perejil, la maicena y dos cucharadas del agua reservada. Cubrir una sartén con aceite a fuego medio: una cucharada bien colmada hará una tortita. Poner sobre un plato con papel de cocina para que absorban el aceite y servir con la salsa.
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