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Ensalada de pollo, higos y rúcula

Aprovechamos los últimos higos de la temporada para darle vida a esta ensalada de pollo y rúcula. El aliño de queso de cabra y miso la convierte en un sobresaliente.

Lo tiene todo
Lo tiene todoCLARA PÉREZ VILLALÓN

Agosto y septiembre son sin duda los meses álgidos para darle al higo y que nuestro cuerpo baile al ritmo de “asssssssúcar”: es ahora cuando esta fruta está más madura, tierna y sabrosa. Y no, no sólo valen para ponerse tibio debajo de una higuera o para el postre sino que está comprobadísimo que los higos combinan a la perfección con muchos ingredientes salados.

Higos y anchoas, higos y sardina curada, higos y jamón ibérico, higos y mojama, higos y gorgonzola… y por supuesto con guisos y también en ensaladas como esta de pollo, higos y rúcula, que se remata con una crema de queso de cabra y miso que tiene la labor de darle cremosidad al conjunto.

Añadir hojas de perejil a la ensalada no es nada casual ni me he vuelto loca todavía. Lo aprendí de Javi Estévez en La Tasquería y me pareció una idea genial: por un lado aporta un sabor muy característico y fresco, y por otro, me parece que le da todo el rollo al higo, una fruta que tiene una temporada tan corta que antes de ponernos a hacer mermelada con ella tenemos que sacarle el máximo provecho.

La pasta de miso es algo que podéis encontrar en todos los supermercados chinos y que os dará un saborazo a muchísimos guisos y aliños. Los paquetes suelen ser bastante grandes porque rinden muchísimo pero en la nevera la podéis dejar casi ad eternum e ir utilizando de pizquita en pizquita como potenciador de sabor. Os aseguro que más de una noche la diluiréis en un poco de caldo de pollo y os haréis una sopa que resucita a un muerto.

Dificultad: La de hacer una ensalada.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 150 g de rúcula
  • 50 g de hojas de perejil
  • 2 muslos de pollo deshuesados con piel
  • 16-20 higos maduros
  • 32 anacardos crudos
  • 100 g de queso de cabra (rulo)
  • 1 cucharadita de pasta de miso rojo
  • 3 cucharadas de leche
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de módena

Instrucciones

1.
Salpimentar en abundancia los muslos de pollo abiertos sin hueso tanto por la parte de la piel como por la carne. Si se quiere, se puede hacer una marinada con un poco de soja y pimentón dejándolos en la nevera filmados 2 horas para que cojan más sabor.
2.
Calentar ligeramente la leche con el queso, añadir la pasta de miso y triturar muy bien.
3.
Mezclar la rúcula con las hojas de perejil y aliñar con un poco de aceite de oliva, vinagre de Módena y sal.
4.
En una sartén antiadherente calentar bien el fuego y poner los muslos de pollo por el lado de la piel, bajar la temperatura y dejar para que se doren muy bien unos 3 minutos. Luego dar la vuelta y seguir con la cocción por la parte de la carne 2 minutos más o hasta que el pollo esté bien cocinado.
5.
Lavar los higos y cortarlos en gajos (está bien dejar la piel). Mezclar las hojas con los anacardos ligeramente triturados con las manos. Añadir también los higos.
6.
Cortar el pollo en tiras finas, colocar por encima de la ensalada y terminar con un poco de salsa de queso de cabra y miso.

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