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Zamburiñas al horno

Este bivalvo, muy popular en las costas gallegas, es más económico que las vieiras y apaña perfectamente un aperitivo de celebración. Sólo hay que pasarlas unos minutos por el horno acompañadas de un sofrito.

Están buenísimas y son muy bonitas
Están buenísimas y son muy bonitasMIRIAM GARCÍA
Miriam García

Las zamburiñas son un marisco muy popular en Galicia, aunque quizá no tanto en otras zonas. De aspecto similar al de la vieira o concha de peregrino, su tamaño es notablemente inferior, tanto es así que el rico bicho puede deglutirse casi de un bocado. Teniendo en cuenta que se nos avecinan las comilonas de Navidad, estas facilísimas y suculentas zamburiñas al horno son una opción relativamente ligera y elegantísima.

Como en todos los platos de marisco con una elaboración mínima, es fundamental que el género sea de categoría. En Galicia es habitual encontrar zamburiñas congeladas, que vienen ya limpias de unas molestas barbas de color oscuro que rodean al bicho al natural y se deben eliminar para consumirlo. Sin embargo, pueden traer algo de arena: hay quien recomienda sacar el bicho después de descongeladas, lavar bien la concha, y volver a colocarlo en su concha si la elaboración así lo requiere, como es este caso. En mi pescadería de confianza -en la Comunidad de Madrid- me traen por encargo zamburiñas al vacío, ya limpias y sobre su media concha inferior, aunque no sé si este tipo de producto llega a todas partes.

Dicen los sabios que el molusco que encontramos en los comercios con el nombre de zamburiña no suele ser tal, sino que es otro animalillo similar que atiende por el nombre de volandeira, infinitamente más abundante en el mar y casi igual de sabroso. Las zamburiñas son más largas que anchas y de color violáceo; por el contrario, las volandeiras tienen un perfil más redondeado y un color castaño claro. Aunque quizá la característica más fácil de percibir es la del color de su coral, esa especie de lengua que rodea al músculo de la concha, que en la volandeira es roja, parecida a la de la vieira, mientras en la zamburiña genuina es de color blanco. Ahora ya lo sabéis todo sobre la vida y milagros de la zamburiña y su compañera la volandeira.

En esta sencilla fórmula uso un sofrito vulgaris realzado con una pizca de carne de ñora, que hoy día encontramos en conserva. Aunque si queréis usar el método de toda la vida de remojar las ñoras en agua caliente y raspar la carne, no os vamos a poner pegas.

Dificultad: La de encontrar unas buenas zamburiñas o volandeiras y no pasarse con el horno para no resecarlas.

Ingredientes

Para 4 personas, como picoteo

  • 12 zamburiñas limpias
  • ½ cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen
  • 75 ml de vino blanco (seco, semidulce, etc. al gusto, o un albariño que va de miedo)
  • ½ cucharada de harina
  • 1 cucharada de carne de ñora
  • Zumo de limón
  • Sal
  • Pan rallado
  • Perejil

Instrucciones

1.
Pelar y picar finamente la cebolla. Picar igualmente el ajo. Pochar la cebolla a fuego suave en algo de aceite de oliva, hasta que esté transparente. Añadir el ajo y darle unas vueltas.
2.
Agregar la harina y dar unas vueltas para quitar el sabor a crudo. Añadir el vino y la carne de la ñora. Cocer un par de minutos para que espese. Salar y retirar del fuego.
3.
Colocar las zamburiñas limpias sobre su media concha inferior en una bandeja de horno y rociar con algo de zumo de limón. Salar solo ligeramente.
4.
Distribuir el sofrito por encima de las zamburiñas o junto a ellas, dentro de la concha. Espolvorear cada una con un poquejo de pan rallado.
5.
Hornear en el tercio inferior del horno precalentado a 170°, con calor arriba y abajo, solamente cinco minutos, no hace falta más. Servir de inmediato con perejil picado por encima.

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Sobre la firma

Miriam García
Química y traductora de inglés de formación, gastrónoma por pasión desde el 2013. Divulgadora gastronómica y fotógrafa para marcas de alimentación o medios como El Comidista y 'Bon Viveur', profesora de cocina en la Escuela Alambique de Madrid, recetea en su blog 'El invitado de invierno' y en donde le lleve el viento, gastronómicamente hablando.

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