Fainá
Una masa sencillísima a base de harina de garbanzo que migró desde Italia hasta Uruguay y Argentina, donde se convirtió en la perfecta acompañante de la pizza o una base sobre la que servir quesos o verdura fresca.
La encontrarás también como farinata, farinata di ceci o cecìna, pero su nombre más conocido es fainá. El nombre -y también el plato- provienen de la región italiana de Liguria, concretamente de Génova, aunque también es muy típica en la Toscana, el Bajo Piamonte y otras regiones de Italia. La manera tradicional de cocinarla es en hornos de leña y en grandes bandejas pero se puede preparar perfectamente en casa con un horno doméstico y una bandeja de dimensiones más pequeñas.
Sus ingredientes originales son cuatro, muy sencillos y económicos: harina de garbanzo, agua, aceite y sal. En esta receta hemos añadido pimienta negra en abundancia porque le da un toque interesante al garbanzo, que tiende a ser un poco soso por naturaleza. Quienes no sean muy amigos de la pimienta pueden añadir a la mezcla hierbas aromáticas: el orégano y el romero le van especialmente bien. Si se le quiere dar más enjundia, hay algunas versiones que añaden salchichas o algún tipo de queso como el gorgonzola o el stracchino, a mitad de cocción.
La fainá sufrió otras transformaciones en países como Uruguay y Argentina, donde los xeneizes -como se conoce a los genoveses en su propio dialecto- la llevaron consigo durante las fuertes inmigraciones del siglo XX. Es muy común que se consuma una porción de pizza junto a una de fainá -cuál se pone arriba y cuál debajo es cuestión de cada uno-, algo que se denomina popularmente como "pizza a caballo". Es interesante también utilizar la fainá como sustituto del pan o como base para poner otros ingredientes encima: quesos, verduras asadas, rúcula u otras hojas verdes frescas o algún embutido pueden convertirla en un plato único muy fácil de preparar e ideal para compartir.
Dificultad
Para cerebros de garbanzo.
Ingredientes
Para un molde de 26 o 28 cm de diámetro
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300 g de harina de garbanzo
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750 ml de agua fría
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75 ml de aceite de oliva
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1 cucharadita de sal
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Pimienta negra recién molida
Preparación
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Mezclar todos los ingredientes en un bol con un batidor de varillas. No deberían quedar grumos en la mezcla. Si la harina estuviera muy compacta, pasar por un tamiz primero.
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Dejar reposar la mezcla tapada en la nevera durante dos horas como mínimo.
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Calentar el horno a 200 ºC. Engrasar el molde con un poco de aceite de oliva y meter en el horno para que se caliente: este paso es crucial para que la fainá no se pegue al molde.
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Sacar la mezcla de la nevera y mezclar un poco para homogeneizar.
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Retirar el molde caliente del horno, verter la mezcla y hornear durante 20 minutos o hasta que esté dorada y la base crujiente. Desmoldar y servir caliente.
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