Menú semanal de El Comidista (7 a 13 de septiembre)

Caramelizar las manzanas con miel y mantequilla es clave para que una simplona crema de zanahoria pase a ser de escándalo.

Si el rulo de ternera con huevos duros resecos y aceitunas amojamadas puebla tus pesadillas, no sufras más. Es posible otra ternera rellena.

Si te quieres sentir menos culpable, puedes sustituir el yogur griego con queso batido desnatado; si no, dale un golpe final de nata montada o de crema fresca.

Aunque se suele preparar con queso de cabra canario, casi cualquier variedad curada y un poco seca puede servir para preparar este aperitivo, del que hoy te ofrecemos una versión tradicional y otra creativa.

No hay una opción mejor para disfrutar de un sabor marino potentísimo a un precio tan razonable. Ah, y no te cortes con el vermut o el vino blanco.

Aprovecha que las uvas ya están de plena temporada y cómelas a todas horas aunque las pepitas te den pereza.

Versionamos la enésima receta de verdura de Ottolenghi, esta vez con un saludo al otoño con la calabaza como protagonista, un fruto seco que aporta el toque crujiente y una sabrosa salsa con base de sésamo.

Una versión más ligera y rápida de las espinacas a la sevillana que además funciona perfectamente como plato único al ponerle un poco de huevo duro.

Descubrir por qué salen bien o mal no es fácil. Menos mal que nosotros –con un poco de ayuda de la física, y otro poco de la química– lo hemos hecho por ti.

El alga wakame es fresca, carnosa y de sabor suave; se encuentra fácilmente en las tiendas de alimentación asiática y es perfecta para hacer ensaladas con aliños potentes.

Un plato de clara ascendencia catalana pero cuya gracia está en un ingrediente tan andaluz como el oloroso: sencillamente insuperable.

Tanto higos como brevas son bien combinables: con jamón, mozzarella y avellanas están espectaculares, y al horno, todavía más.

Una sopa sabrosa y muy fácil de hacer en la que el caldo se viene arriba gracias a un sofrito de ajo y puerro. Las chirlas abiertas en el último momento le dan el toque definitivo de sabor.

Una receta de patatas crujientes por fuera y tiernas por dentro sin pasar por la sartén y el aceitazo, que puedes adaptar a tu gusto para acompañar platos de carne, pescado o huevos.

Presente en casi la totalidad de bares españoles, pero no por ello indigna de una receta comidista. Su única dificultad está en hacer correctamente el caramelo líquido.

No descubrimos el genoma de la cocina si decimos que el cerdo se lleva muy bien con las frutas. Será por su grasilla, pero a su carne le va como tornillo a la tuerca una guarnición agridulce. De esa relación amorosa parte esta receta.

Están jugosas, están buenas, están de temporada y se pueden comer solas o combinadas. No hay fallo.

La mjadarah o mejadara es un plato de Oriente Próximo en el que se mezclan el arroz y las lentejas en seco para conseguir una comida rápida y barata.

Volcán. Fluido. Culán. Lo llames como lo llames, este postre cuasi viejuno es insultantemente fácil e indecentemente bueno. El momento en el que metes la cuchara en él y lo rompes es lo más parecido al Nirvana.

Rescatamos otro refresco ahora que todavía hace calor. La tradicional –y un poco olvidada– leche merengada debería triunfar por su sabor a arroz con leche y su textura de espuma helada.