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Arroz graneado, el arroz suelto que sirve para todo

Una sencilla técnica que se usa en varios países de Suramérica nos permite conseguir un arroz blanco suelto y con sabor, gracias al ajo dorado, el perlado del grano y la cocción al vapor.

Suelto y sabrosísimo
Suelto y sabrosísimoMÒNICA ESCUDERO

Encontrar una fórmula de arroz blanco que no dé trabajo, quede siempre perfecto y sirva para todo tipo de preparaciones; desde un salteado a una guarnición, pasando por una ensalada, puede hacer que tus habilidades comidistas suban varios puntos. Si siempre tienes problemas para que te quede suelto, los minutos exactos son un misterio insondable para ti o la fórmula habitual -hervir y punto- te parece demasiado sosa, el arroz graneado acudirá gentilmente a tu rescate.

Se trata de una técnica muy habitual en distintas cocinas suramericanas -como la chilena, la boliviana y la colombiana, donde el arroz acompaña gran parte de los platos- que se empieza dorando un poco de ajo en aceite, después nacarando en este el arroz y se remata añadiendo la cantidad de agua justa para que este se cocine al vapor. La receta es para dos o tres personas, pero si quieres más o menos solo tienes que escalarla: doble de arroz, doble de aderezo, doble de agua y listo.

Hay pocos escenarios en los que este arroz no brille: le da una vuelta estratosférica al humilde arroz a la cubana, gracias a su textura suelta y el sabor del ajo dorado; también va genial en ensaladas y platos fríos y aguanta perfectamente en la nevera si queremos guardarlo un par de días y recalentarlo con un golpe de sartén o directamente en la salsa de un guiso. En cambio, no funcionará bien como ingrediente para aglutinar hamburguesas, albóndigas vegetarianas o cualquier preparación que pida un arroz un poco pasadito (o un caldo de cocción almidonoso).

Si lo que quieres es no complicarte la vida y añadir más ingredientes en esta misma cocción, puedes ponerle zanahoria, calabacín, cebolla, maíz en grano o la parte más tierna de las alcachofas. Los guisantes y las espinacas quedan demasiado pasados para mi gusto, y no he hecho muchos experimentos más porque prefiero preparar las verduras aparte; con carne o pescado no he hecho ninguno, pero intuyo que un contramuslo de pollo en daditos, dorado a la vez que el ajo, podría funcionar bien.

Dificultad: De primero de arroces (pero a la vez es un master).

Ingredientes

Para 2-3 personas (como guarnición)

  • 2 dientes de ajo (o al gusto)
  • Un vaso de arroz redondo
  • Un vaso y 1/4 de agua muy caliente
  • 3 cucharadas de aceite de oliva (o al gusto)
  • Sal

Instrucciones

1.
Lavar el arroz en un colador durante un par de minutos, para que suelte almidón.
2.
Pelar y laminar los dientes de ajo. Poner el aceite en un cacito a fuego medio y dorar los ajos durante un minuto y medio aproximadamente, removiendo para que no se quemen.
3.
Añadir el vaso de arroz y remover durante otro minuto, hasta que se ponga un poco transparente (nacarado). Añadir el agua y sal al gusto, remover, tapar -con una tapa que encaje- y subir el fuego al máximo.
4.
En cuanto hierva, bajar el fuego al mínimo y dejar cocinar 16 minutos. Apagar el fuego, dejar reposar dos o tres minutos más, separar los granos con un tenedor y servir.

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