Cebollas rellenas para reivindicar a las cocineras
La cocinera Aniceta Fueyo inventó las cebollas rellenas de bonito en la posguerra, y hoy son un clásico asturiano. En la taberna AlNorte recuerdan con ellas el papel de las mujeres en la historia de la gastronomía.
Aniceta Fueyo no fue la primera persona a la que se le ocurrió rellenar una cebolla. Su innovación consistió en sustituir la carne con una mezcla de bonito o atún de lata, pimiento, huevo y tomate: un guiso económico y sencillo que se podía tomar sin problemas en días de vigilia o Cuaresma. El plato de esta cocinera de El Entrego, a 30 kilómetros de Oviedo, fue un exitazo, y décadas después de su invención en la posguerra se ha convertido en un clásico asturiano.
Fueyo, conocida como La Nina, es una de esas muchas mujeres cuyas valiosas aportaciones no siempre han sido reconocidas en la historia de la gastronomía. Para reivindicarlas, en la taberna barcelonesa AlNorte preparan cada viernes la receta de una cocinera doméstica o profesional. Las cebollas rellenas son uno de sus hits: si quieres ver cómo la prepara su propietaria Mónica Cabo, dale al play en el vídeo de arriba.
CEBOLLAS RELLENAS DE ALNORTE
Ingredientes
Para 3-4 personas
- 6 cebollas medianas del mismo tamaño
- 300 g de bonito en aceite
- 2 huevos cocidos
- 4 pimientos morrones en conserva
- 2 dientes de ajo
- 600 g de tomate triturado
- 250 ml de vino blanco
- Aceite de oliva
- Sal
Preparación
- Pelar las cebollas, quitarles la primera capa y “ahuecar” el interior con una puntilla o una herramienta para hacer bolas. Reservar para el sofrito.
- Mezclar el bonito con un pimiento morrón picado y una cucharada de tomate triturado. Rellenar las cebollas con la farsa -tienen que quedar apretadas- y taparlas con una capa de la cebolla.
- Hacer un sofrito con la cebolla reservada y los dientes de ajo picados con un chorro de aceite, durante unos 15 minutos a fuego suave. Añadir el tomate y el resto de pimientos morrones picados, dejar 20 minutos más y triturar la salsa.
- Colocar las cebollas rellenas en una cazuela, bien encajadas para que no se muevan mucho. Verter por encima el sofrito triturado, el vino blanco y un poco de sal.
- Cocinar dos horas y media a fuego muy suave, hasta que las cebollas estén blandas y translúcidas y el sofrito reducido. Servir con un buen pan de hogaza y mojar sin remordimientos.
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